SON conscientes de que hay ventajismo del régimen Maduro, de que “no existe un juego limpio” como lo expresó el presidente interino Juan Guaidó, pero también de que es la forma de medir el descontento ciudadano y que la comunidad internacional ausculte la situación.

Se trata de las elecciones regionales y locales en Venezuela que si bien no ponen en riesgo alguno al régimen son claves para el mismo en su intento por mejorar la imagen internacional y lograr, si realmente abre un espacio democrático a la oposición, que le sean levantadas las sanciones internacionales impuestas tanto por Estados Unidos como la Unión Europea.

El ventajismo oficial es más que evidente y de allí que la oposición se dividiera. En esta elección de 232 gobernadores, 335 alcaldes, legisladores municipales y regionales participan algunos líderes de la misma, impulsados por Henrique Capriles quien instó a sus compatriotas a ‘reencontrarse’ con el voto y expresar en las urnas su descontento.

Caso contrario a Guaidó quien desde el mismo momento de esta convocatoria electoral sostuvo que no hay garantías para “una elección libre  y justa”, aunque respetó a los partidos opositores que decidieron participar en estos comicios, tras años de boicot, al igual que la misión que eligió para los diálogos que se verificaron hasta semanas atrás en Ciudad de México y suspendidos por Maduro a raíz de la extradición a Estados Unidos del empresario colombo – venezolano, Alex Saab.

Guaidó, en activa campaña por redes sociales ha sostenido que durante la campaña se ha “tratado de fijar un falso dilema: votar o no….Pero la verdad es que no hay dilema, hay una certeza: Maduro es y seguirá siendo ilegítimo, desconocido por el mundo".

Y, ante la fractura opositora, tanto Guaidó como Capriles han abogado por “unificar la lucha” contra el régimen la que, de seguro, tendrá una nueva estrategia tras el resultado de las urnas. "El adversario no es ni Guaidó, ni ningún otro liderazgo de las fuerzas democráticas, el adversario es Maduro", sostuvo Capriles el viernes, mostrándose seguro que de “vendrá un relanzamiento de las fuerzas democráticas y una nueva etapa".

La jornada electoral de este domingo tendrá una misión de observación de la Unión Europea, que vuelve al país después de 15 años, así como del Centro Carter. Los europeos fueron a final de esta semana blanco de una arremetida de Maduro, quien los tildó de ‘racistas’ y ‘colonialistas’ por no haberle informado previo a la llegada de los observadores que había decidido prorrogar las sanciones a Venezuela por un año más.

¿Nuevo comienzo?

Más allá de escoger a sus autoridades regionales y locales, la apuesta es que tras esta jornada de las urnas se dé un nuevo punto de partida tanto para el gobierno de Nicolás Maduro como para la oposición, parte de la cual vuelve al ruedo electoral con la aspiración de cimentar el camino para una presidencial con garantías en 2021.

Para el analista Oswaldo Ramírez, director de la firma ORC, ello puede ser posible y todo dependerá de lo que suceda este domingo. "No se sabe si serán justas, libres, transparentes y verificables…pero sin duda hay mejores condiciones que en las elecciones pasadas", sostuvo en declaraciones a la AFP.

Y como el poder de Maduro no está en riesgo está descontado que el chavismo gane la gran mayoría de los cargos. Pero aquí es clave lo que revele tanto el nivel de participación como el rol, que pese a temerse sirva para el fraude, tenga el voto en blanco y el nulo.

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El régimen Maduro se está jugando con esta convocatoria electoral dar un mensaje de ‘cambio’ a la comunidad internacional para, de esta forma, propugnar por el levantamiento de sanciones especialmente las que pesan sobre los temas petroleros que han asfixiado aún más a la moribunda economía.

Blanco de sanciones encabezadas por Estados Unidos que el mandatario chavista sostiene que son la causa de los muchísimos problemas en su país, el gobierno tiene fondos bloqueados en el extranjero y quiere vender su petróleo sin restricciones, así como importar gasolina, escasa ante la destrucción de la industria.

Ha hecho ciertas concesiones: impulsó una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) con presencia de la oposición, aunque sigue dominada por el chavismo, e invitó a misiones de observación de la UE, el Centro Carter y la ONU.

Venezuela fue reticente por años a autorizar este tipo de misiones, invitando siempre a organizaciones amigas del chavismo. Sin embargo se ha visto forzado a acceder en este caso porque de la visión e informe que presenten sobre esta cita de las urnas penderá, en gran parte, que se flexibilicen las restricciones impuestas.

Por el lado opositor, se medirá tanto la fuerza como el poder de convocatoria que tienen los partidos participantes y liderados por Capriles. Se espera que el lunes tengan una lectura política más fiel a la realidad y de allí trabajar por la unión, máxime porque en el 2022 podrían intentar contra Maduro un referendo revocatorio, cuando éste completa la mitad de su mandato.

Y si bien restan tres años para las presidenciales, de lo que suceda en estas regionales debería definir la hoja de ruta opositora para ellas. Un dirigente de la Mesa de Unidad Opositora expresó hace pocos días que “las regionales son un ensayo perfecto para reavivar la movilización el próximo año…El 2024 comienza el 1 de enero de 2022".

Para Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, "si te mantienes en las peleas y en las facturas, ese es el cielo para Maduro y el resultado de la elección va a ser una consolidación de su poder. Pero si la oposición es inteligente y lo asume como una razón para revalidarse (...), puede ser una excelente oportunidad de cambio hacia el futuro".

En el escenario del ventajismo chavista y falta de garantías la oposición perderá, pero ello terminará siendo un pequeño triunfo para su futuro inmediato. Y es que más allá de que se encuentre dividida se enfrenta a la desilusión ciudadana tras los varios intentos fallidos para forzar un cambio político.

Informe de UE

Los observadores de la UE, sobre el terreno desde comienzos de semana, tienen previsto presentar su informe el próximo martes.

Un especialista electoral dijo que "no hay posibilidad de fraude" con el sistema electrónico de votación usado en Venezuela, aunque puede existir, como en procesos anteriores, "coacción y persecución" en centros en un contexto de autocensura en medios de comunicación por temor a represalias.

Uno de los lugares que concita gran interés para Colombia es la elección del gobernador del Táchira, por su cercanía (es límite fronterizo) como por la inseguridad que registra y ser la puerta de salida diaria de cientos de migrantes.

Tres candidatos se disputan este estado: Freddy Bernal, del gobernante Partido Socialista de Venezuela (Psuv), la actual mandataria Laidy Gómez, actualmente marginada de los principales partidos opositores que la acusan de plegarse al chavismo cuando juramentó ante la entonces todopoderosa Asamblea Constituyente y Fernando Andrade, del opositor partido Unidad, quien hace eco a las voces que dicen que en su país hay una ‘dictadura disfrazada de democracia’

Gómez busca su reelección aduciendo que nunca gobernó opacada por la figura del "protector", una autoridad paralela que Maduro creó en los estados gobernados por la oposición y al que entregó todos los recursos.

Así señala que el verdadero protector en Táchira es su oponente Bernal, quién además de ser diputado es importante dirigente dentro del chavismo a nivel nacional, por lo que se le han facilitado los medios y los recursos para hacer campaña.Este domingo los ojos de la comunidad internacional vuelven a volcarse sobre Venezuela para determinar qué tan “fiesta de la democracia” como la califica Maduro será la jornada y si le alcanza para convencerla de que es momento de quitarle las sanciones.