La realizable extorsión | El Nuevo Siglo
Miércoles, 30 de Agosto de 2017

La situación económica del país, el partidor de las campañas  y el posconflicto son situaciones que golpean el bolsillo de los colombianos y, lógico, la delincuencia en todas sus frentes no cesa en sus empeños por timar a los ciudadanos de bien que desprevenidamente caen en sus redes, reconociéndose la extorsión como una modalidad criminal fácil de poner en práctica y sin mayores riesgos para la integridad de los  delincuentes.

No obstante haber tratado en otras columnas la extorsión, pretendo refrescar la memoria de mis amables lectores, recordándoles algunas  variantes utilizadas por los extorsionistas, donde representan como buenos comediantes roles de desmovilizados, miembros de la fuerza pública, activistas de grupos subversivos, familiares lejanos o amigos olvidados de grata recordación.

Veamos algunas características,  su mayoría surtidas por teléfono, iniciando por la llamada intimidatoria, en la que  los antisociales se comunican con la víctima y descaradamente le piden una suma de dinero por no atentar contra su vida, o la  de un familiar. La sorpresa invade al ciudadano que no capta el timo, entrando en pánico e  identificando como  única  salida el pago del dinero a cambio de su tranquilidad. Son numerosos  las denuncias por esta modalidad. Una segunda estrategia la representa el hurto  del vehículo para pedir remuneración por su devolución. Es una táctica fácil, pues solo es robar el vehículo y esconderlo en un lugar o parqueadero cercano, llamar al propietario pidiéndole el pago, acordar el lugar de cancelación y entregar las coordenadas del  lugar de recuperación. Así estamos ante una negociación rápida y la víctima corre el riesgo de ser escamoteada y no recibir su vehículo una vez realice el pago. Por  ello no es recomendable negociar con  delincuentes e  invito a  instaurar la correspondiente denuncia.

Ahora demos paso a las llamadas desde  cárceles, en su mayoría sorpresivas, donde  se hacen  pasar por miembros de una organización subversiva, exigiéndole bajo amenaza una gruesa  suma de dinero para la organización, Estos presidiarios cuentan con cómplices al exterior del establecimiento  encargados  de hacer los cobros, cuando la víctima se deja sorprender y accede a pagar el  impuesto. Estas llamadas generalmente se hacen al azar y cuando la víctima es renuente a la extorsión, baja la presión y no lo vuelven a llamar. No se puede dejar a un lado la comunicación haciéndose pasar por familiar pidiendo auxilio para enfrentar un problema judicial en el  que no tiene arte ni parte, pero las circunstancias lo incriminan y necesitan algún dinero para salir del impase. Esta modalidad en muy usada y son escasos los ciudadanos  que no han saboreado tal  maniobra, que también se desarrolla como la anterior, al azar, sin que la negativa tenga  presión futura. Son innumerables las estrategias y no podemos referirnos a todas, pero recordemos  que la denuncia es importante para orientar las autoridades.