El crecimiento del primer trimestre de 1,1% fue flor de un día. En un mes de paros y bloqueos, se perdió el impulso que traía la economía y en dinero mal contado ya se han dejado en el piso más de $10 billones. Toda una ironía para el país que empezaba a reactivarse tras el impacto económico de la pandemia.

Sin duda el Producto Interno Bruto (PIB), estaba reaccionando positivamente desde la peor caída registrada en junio del 2020 con -15,8%. No se debe perder de vista que el año pasado la descolgada fue de -6,8%.

En efecto, ya para este año con la entrada casi plena en actividad de todos los sectores, el PIB ya crecía 7,3% entre febrero y abril, de acuerdo con el índice NowCast Bancolombia. Esta cifra representa un marcado repunte en relación con los registros de los dos trimestres móviles previos (-3,4% y -1%, respectivamente).

Según los registros del DANE, el PIB en pesos corrientes pasó desde $1.061 billones de 2019 a $1.002 billones en 2020. Y el PIB per cápita anual pasó de $21,4 millones a $19,9 millones; haciendo la salvedad de que, de acuerdo con el mismo organismo, en 2019 eran 49 millones de colombianos y en 2020 la cifra creció a 50,3 millones. 

Para este año, incluso, los mercados internacionales y el propio Banco de la República señalaban un PIB de 6%.

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Lo perdido

De acuerdo con el análisis del equipo económico de Bancolombia, el terreno que se recuperó en la actividad productiva y en consumo interno durante los primeros tres meses del año, se está perdiendo en este segundo trimestre.

Según Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, el crecimiento del PIB en el segundo trimestre estaría perdiendo tres puntos porcentuales, pues las estimaciones pasarían de 16% a 13%.

Aunque el crecimiento seguirá siendo positivo, pues se compara con el trimestre que registró la mayor contracción el año pasado, este va a ser inferior al que se esperaba.

Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa, señala que “en medio de todo, el crecimiento va a seguir siendo positivo en el segundo trimestre del año. El tema es que si no estuvieran sucediendo estas protestas, los problemas de orden público y el cierre de vías, el crecimiento sería superior al que se va a reportar”.

Las manifestaciones y los bloqueos también ponen en riesgo la recuperación del empleo, pues cientos de empresas han tenido que parar o disminuir sus operaciones por problemas en la movilidad o por falta de insumos.

Las empresas

Una encuesta de Confecámaras reportó que 90,4% de los 12.979 empresarios consultados dijeron que, de los puestos de trabajo que generan, entre uno y cinco están en riesgo por los efectos del paro y los bloqueos. Así mismo, una encuesta de la Cámara de Comercio de Bogotá encontró que, de continuar con la situación de orden público, 21% de las compañías en la capital reduciría el personal contratado.

La suma del panorama de orden público, el retiro de la reforma tributaria y la baja en la calificación crediticia por parte de S&P Global Ratings, hicieron que el dólar tuviera un comportamiento al alza durante el mes. De acuerdo con Bancolombia, el peso se depreció más de 12% y alcanzó su cotización máxima del año en mayo con un valor de $3.863,9.

Juan Pablo Espinosa, director de Investigaciones Económicas de Bancolombia, estima que en el corto plazo la tasa de cambio continúe por encima de $3.700, aunque resaltó que “la rebaja por parte de otra calificadora podría presionar al alza de forma temporal la cotización de la tasa de cambio”.

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El dólar

Por otro lado, algunos analistas resaltaron que el alza en los precios de los commodities en el mercado internacional podría favorecer a la economía colombiana.

“Como el dólar está alto y los precios de los commodities, que normalmente se cotizan en dólares, también están subiendo y recuperándose, entonces los precios de exportación que estamos teniendo ahora son de los más altos de la historia que ha tenido el país”, dijo Ballén.

Sin embargo, el experto aseguró que estos precios internacionales no se están aprovechando como deberían debido a la situación de orden público, sobre todo por los bloqueos en puertos tan importantes como el de Buenaventura, además de la imposibilidad de recibir insumos para la operación.

Con este panorama, el país está a la espera de que el Gobierno nacional y el Comité del Paro lleguen a un acuerdo, pues de otra forma se estaría poniendo en riesgo la recuperación económica cuando más se necesita.

De otra parte, el economista jefe para la Región Andina de BTG Pactual, Munir Jalil, cree que el paro nacional afectará el desempeño y la recuperación económica en Colombia.

La inflación

Según Munir, las principales consecuencias negativas del paro nacional se verán en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y en el comportamiento de la inflación.

Ahora bien, una de las preocupaciones de los analistas es el incremento de la inflación a causa de los bloqueos en las vías que han generado algunos desabastecimientos de ciertos bienes y productos.

“Los desabastecimientos están llevando a que los precios de bienes básicos como los alimentos y las medicinas suban de precio, por lo que consideramos que es muy posible encontrar un escenario en el que, a finales de mayo, haya una inflación por encima del 2%”, dijo Munir Jalil.

Y es que los temores inflacionarios ya se venían presentando desde antes del inicio del paro nacional, impulsados principalmente por el comportamiento del indicador en Estados Unidos.

El temor de los mercados es que la inflación en las economías de primer mundo repunte de manera vertiginosa, limitando así la recuperación económica, pues una alta inflación podría hacer que las tasas de interés de intervención suban, lo cual disminuiría el crédito y el consumo.

Sumado a este contexto internacional, los bloqueos y el desabastecimiento de bienes, debido al paro nacional, harían que la inflación en Colombia se viera más presionada al alza.

Respecto a las tasas de interés, el analista señaló que “creemos que el Banco de la República no subirá sus tasas de interés, por lo que imaginamos que, para el 2021, la tasa que hoy se encuentra en 1,75%, termine en 2,25%, después de subidas que se podrán presentar en septiembre y octubre”.

Otro panorama

Los riesgos en el corto plazo son relevantes, y están representados por la tercera ola de contagio de la covid-19 (la más fuerte hasta ahora), el paro nacional provocado tras la presentación de la reforma tributaria por parte del Gobierno y la persistente incertidumbre fiscal.

De acuerdo con los analistas de Credicorp Capital, “si bien la recuperación de la actividad se verá interrumpida en abril y mayo, seguimos pensando que, en general, el impulso observado recientemente, la resiliencia mostrada por la actividad a pesar del modesto apoyo fiscal y los efectos futuros esperados de una mayor normalización de las condiciones (un programa de vacunación más avanzado y el alivio de las protestas), superan dichos riesgos y respaldan nuestra visión más optimista para la actividad de 2021”.

Sostienen los economistas que “adicionalmente, el impulso de los mayores precios del petróleo, tanto por su impacto directo en la actividad como por los ingresos fiscales para el gobierno, no debe ser subestimado. Además, los indicadores líderes de alta frecuencia de comercio minorista, gasto privado y movilidad han resistido en cierta medida las presiones del paro nacional y la tercera ola de la pandemia, lo que sugiere que la desaceleración del comercio (el sector con mayor participación en el valor agregado y el empleo) no será demasiado dramática en el segundo trimestre. En cualquier caso, todo dependerá de la duración de las protestas”.