La debilidad de la zona euro seguía en el centro de las discusiones de los líderes económicos mundiales congregados en Washington en ocasión de las reuniones de otoño boreal del FMI y el Banco Mundial.
"La principal preocupación aquí es el asunto del crecimiento europeo", dijo el jueves el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, porque "cuando la zona euro está mal, el mundo entero está mal".
Crecimiento inexpresivo, riesgos de deflación, fallas en el motor económico alemán, incertidumbre en el presupuesto francés, la política monetaria, reformas estructurales a la espera en Francia e Italia...la letanía de interrogantes se acumula en las reuniones iniciadas el jueves en la capital estadounidense.
Los miedos sobre la zona euro hicieron por su lado temblar a los mercados, con Wall Street cerrando a la baja el jueves.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, aseguró que existen "riesgos serios" de recesión en la eurozona si los gobiernos no reaccionan con reformas estructurales potencialmente dolorosas en algunos países (Francia e Italia) o con medidas de apoyo al crecimiento en otros (Alemania).
"Es bien pesimista" afirmar que Europa es el problema, apaciguó el jueves el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, señalando que mucho se había hecho pero que aún faltaban esfuerzos.
Los gobierno de Manuel Valls en Francia y Matteo Renzi en Italia han anunciado varios paquetes de reformas a cuatro bandas para la economía, lo que provocó roces con sus aliados de izquierda y organizaciones sindicales.
Un participante de las incontables reuniones en Washington expresaba su preocupación sobre las dudas entorno al presupuesto francés, señalando su "esperanza" de que París encuentre una solución antes del 15 de octubre, cuando debe enviar el proyecto de presupuesto a Bruselas.
- Firmar cheques -
Pero según esta fuente que pidió el anonimato, es "Alemania que debería estar bajo presión aquí" en Washington, instada por varios de sus socios europeos y por el FMI a aumentar el gasto para sostener el crecimiento.
Esa presión se acrecentó por las cifras negativas publicadas esta semana, asomando los miedos por un frenazo en la mayor economía europea.
El jueves el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble insistió en que su país estudiará inversiones potenciales, pero no para todo. El crecimiento no se puede obtener "firmando cheques", declaró.
En la agenda del viernes figura el cierre de la reunión del G20 Finanzas, la reunión de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales de los países más ricos del mundo, incluyendo Brasil, México y Argentina.
La tarde del jueves, el grupo de países en desarrollo, conocido como G24, desvió su discurso hacia los efectos indeseados de la política monetaria estadounidense, un tema recurrente de inquietud desde 2013, cuando tomó cuerpo la idea del fin de la política ultraflexible de la Reserva Federal.
El mundo financiero también tendrá una gran misa, con la reunión anual del IIF, el lobby bancario internacional, que juntará a los principales banqueros y presidentes de bancos centrales este viernes.