El estadounidense Zach Johnson es el líder provisional del Open Británico al finalizar el primer recorrido con 66 golpes, cinco por debajo del par, uno menos que el español Rafael Cabrera-Bello y su compatriota Mark O'Meara, que comparten la segunda posición este jueves en Muirfield (Escocia).
Tiger Woods, el número uno del mundo que busca su 15º título de Grand Slam, finalizó la primera jornada con una tarjeta de 69 golpes, a tres del líder.
Recuperado de su larga crisis y vencedor de cuatro torneos este año, se ha mostrado este jueves como el gran maestro que es en el recorrido costero de Muirfield, donde vivió la peor pesadilla de su carrera en 2002 debido a un tormenta procedente del Mar del Norte.
"Fue difícil, porque según jugábamos el terreno estaba más y más seco. Estoy contento de estar a la par o un poco mejor", analizó Tiger, en busca de su primer grande desde el Abierto de Estados Unidos en 2008.
También con 69 están su compatriota Phil Mickelson, que ganó en Escocia la semana pasada y que tiene cuatro Grand Slam en su palmarés, y el argentino Rafael Cabrera (dos grandes).
Con un golpe menos (68), está un grupo de cinco jugadores. Destaca entre ellos el veterano español Miguel Ángel Jiménez. Además, están los estadounidenses Dustin Johnson, Brandt Snedeker, Tom Lehman y el indio Shiv Kapur.
Peor le fueron las cosas al norirlandés Rori McIlroy, número dos del mundo, que finalizó con 8 golpes por encima del par (71).
El joven golfista de 24 años lleva un año 2013 muy por debajo de las expectativas después de un cambio de material y sin haber logrado ninguna victoria, además de dos eliminaciones en Abu Dabi e Irlanda.
Con seis bogeys y seis dobles bogeys, contra solamente dos birdies, McIlroy ha finalizado con una tarjeta de 79 golpes, a 13 del líder provisional Johnson.
"Estaba inconsciente y en estado de muerte cerebral. No sé qué hacer, intento todo y espero que funcione. No es nada que tenga que ver con la técnica, es mental", reconoció McIlroy sobre su crisis.
El sudafricano Ernie Els, que defiende el título que logró el año pasado, acabó con 74, por delante de Justin Rose, triunfador en el Abierto de Estados Unidos (75), y detrás de Adam Scott, primer australiano que ganó el Masters de Augusta, del alemán Martin Kaymer y del norirlandés Darren Clark, vencedor en 2011, todos con 72.
Por último el inglés Luke Donald, antiguo número uno mundial, naufragó al finalizar con una tarjeta de 80 golpes, mientras que el sudafricano Louis Oosthuizen, coronado en el British en 2010, tuvo que abandonar debido a una lesión en el cuello.