El 2017 fue un año diferente para la colombiana Yuri Alvear, porque se radicó en Japón, entrenó fuerte y aunque no tuvo la más alta competencia, en lo que participó siempre estuvo en el podio, como los Juegos Bolivarianos Santa Marta-2017 y el Campeonato Mundial de Budapest, que la dejaron como la número dos del mundo.
Siempre en el año siguiente a los Juegos Olímpicos, las cargas de entrenamientos y competencias son más bajas para Yuri, según el plan que diseña su entrenador, el japonés Noriyuki Hayakawa, con quien ya piensan en el primer lugar del podio en los Juegos Olímpicos de Tokio-2020.
Ese es el único objetivo deportivo en la carrera de Yuri y aunque en este camino de tres años hay otras metas cortas, todas ya han sido conquistadas por la oriunda de Jamundí, quien en su palmarés lo único que tiene pendiente es ese oro olímpico y para eso trabaja a diario, por eso la próxima semana regresa a Tokio para continuar la construcción de ese sueño.
Alvear, quien nació en Jamundí, Valle, el 29 de marzo de 1986), ganó una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y una de plata Juegos Olímpicos de Río 2016. Es el sexto atleta colombiano poseedor de dos medallas olímpicas junto a Jackeline Rentería, el pesista Óscar Figueroa, la saltadora de triple Caterine Ibargüen, la doble campeona olímpica Mariana Pajón y el tirador Helmut Bellingrodt.
Su primera participación en una olimpíada fue a los 22 años en las justas de Pekín 2008, donde ocupó el séptimo lugar. Cuatro años más tarde, en Londres 2012 clasificó por su décimo tercer puesto en el ranquin mundial; el 1 de agosto obtuvo el tercer lugar, 1 venciendo a la yudoca china Fei Chen y ganando la medalla de bronce, por lo cual fue condecorada con la Cruz de Boyacá.
La deportista hablo sobre el balance que le dejo este 2017 en el judo internacional
“Ha sido un año muy bueno, porque me ubico como número dos del mundo y si los Juegos Olímpicos fueran en 2018 tendría mi cupo asegurado y aunque no competí mucho, me siento muy bien porque estoy en esa posición, gracias a que elegimos los torneos que eran y logramos lo puntos ideales para cerrar el año competitivo con dos oros en los Juegos Bolivarianos, que me deja feliz, con la idea de trabajar muy fuerte”.
También se refirió a sueño dorado de Tokio 2020: “siempre será el objetivo, creo que no puedo aspirar a menos luego de tener un bronce en Londres, una plata en Río, creo que lo que queda es la medalla de oro en Tokio-2020 con el poder de Dios, para eso estoy trabajando, aunque no es fácil porque hay muchas niñas que se vienen también preparando muy fuerte, pero aún queda tiempo y hay muchas cosas para seguir trabajando”.
¿Qué balance le dejó esta temporada 2017 en el judo internacional?
Ha sido un año muy bueno, porque me ubico como número dos del mundo y si los Juegos Olímpicos fueran en 2018 tendría mi cupo asegurado y aunque no competí mucho, me siento muy bien porque estoy en esa posición, gracias a que elegimos los torneos que eran y logramos lo puntos ideales para cerrar el año competitivo con dos oros en los Juegos Bolivarianos, que me deja feliz, con la idea de trabajar muy fuerte.
¿Es mejor un año así, más tranquilo en cuanto a alta competencia?
Sí, porque sabemos que en la medida que pasan estos tres años antes de Tokio hay que seguir subiendo las cargas, para empezar a competir cada vez más, analizar más cosas y haber tenido un año con menos competencias, pero llegando a ellas con objetivos más claros y obtener los puntos que necesitamos, nos hace sentir bien y confiados en el trabajo que venimos haciendo.
¿Cómo planifica la temporada 2018?
Las cargas en judo siempre son altas, pero creo que sí vamos a programar más competencias, porque hay Juegos Suramericanos, Juegos Centroamericanos y del Caribe, Campeonato Panamericano, Campeonato Mundial, voy a empezar a competir en febrero, mientras que este año inicié en marzo, así que creo que voy a tener muchas más competencias, pero muy importante también para ir analizando muchas cosas.