Varios yihadistas tomaron rehenes en una escuela primaria del sur de Filipinas, cerca de una ciudad donde el ejército filipino lleva un mes luchando contra combatientes vinculados a la organización Estado Islámico (EI).
"Están dentro de la escuela y retienen a civiles. Los utilizan como escudos humanos", declaró por teléfono a la AFP el capitán Arvin Encinas, portavoz de la división militar encargada del sector.
Los yihadistas colocaron bombas artesanales alrededor de la escuela, aseguró el portavoz, que indicó que desconocía el número de rehenes y si había niños entre ellos.
El ataque tuvo lugar en Pigkawayan, una localidad situada a unos 160 km de la ciudad de Marawi, en la isla de Mindanao, escenario de una ofensiva de yihadistas vinculados al EI.
El portavoz de las fuerzas armadas, Restituto Padilla, había indicado previamente que los asaltantes de este miércoles eran miembros de los Combatientes Islámicos por la Libertad de Bangsamoro (Biff), uno de los cuatro grupos de la región filipina de Mindanao (sur) que juraron lealtad al EI.
- Aliviar el cerco sobre Marawi -
La policía local cree que el ataque de ese grupo podría tener como objetivo movilizar a tropas filipinas para ayudar a los combatientes yihadistas en Marawi.
Según Padilla, los asaltantes de la escuela habían atacado al amanecer un puesto militar antes de retirarse, una táctica habitual de los combatientes del Biff.
Pero, horas después, el capitán Encinas anunció la toma de rehenes en la escuela primaria, una información confirmada por Padilla en la televisión.
Ambos militares informaron de enfrentamientos esporádicos durante todo el día a proximidad del pueblo, que está rodeado de marismas, montañas y tierras agrícolas.
El sur del archipiélago filipino, que tiene una población de mayoría musulmana en un país principalmente católico, es escenario desde hace más de 40 años de una rebelión islámica que reclama la independencia o la autonomía de esa región. El conflicto causó más de 120.000 muertos.
Aunque las principales organizaciones musulmanas entablaron negociaciones de paz, e incluso firmaron acuerdos, algunos movimientos más pequeños como el Biff continuaron el combate.
El presidente Rodrigo Duterte decretó la ley marcial en el conjunto de la isla de Mindanao, poco después del inicio de la ofensiva yihadista en Marawi, el pasado 23 de mayo.
Las fuerzas filipinas, que cuentan con el apoyo de las fuerzas estadounidenses, sobre todo en labores de vigilancia aérea, todavía no lograron acabar con los combatientes atrincherados en esa localidad.
Los combates dejaron cientos de muertos en el último mes, y gran parte de Marawi quedó destruida.
Los yihadistas pertenecen al parecer al grupo de los hermanos Maute y a Abu Sayyaf, dos movimientos que juraron lealtad al EI.
El ejército afirma que combatientes extranjeros procedentes de Chechenia, Indonesia o Malasia se unieron a los extremistas en Marawi.
El EI, que pierde terreno en sus bastiones de Irak y Siria, aspira a formar un califato en el sudeste asiático.
En 2008, el Biff fue acusado de atacar al menos nueve localidades de Mindanao, causado unos 400 muertos.