Los rebeldes que tomaron este lunes el control de la base militar de Sheij Suleiman en el norte de Siria, en su mayoría yihadistas del Frente Al Nosra, no hallaron armas químicas ni misiles antiaéreos en el sitio, afirmó uno de sus jefes a la AFP.
"Controlamos toda la base, toda la zona está bajo nuestro control, todo el oeste de Alepo está liberado hasta la frontera turca. Sin embargo, no se halló ningún arma química, ni misil antiaéreo", declaró el comandante Abú Jalal, jefe del batallón "Ahrar Darret Ezza", la única unidad del Ejército Sirio Libre (ESL) que participó en la toma de la base con los islamistas radicales.
Los rebeldes habían afirmado en varias ocasiones que en esta base había armas químicas. Abú Jalal intentó explicar su ausencia por el hecho de que el ejército, "al considerar la base como perdida, habría transferido por helicóptero las armas sensibles hacia una base cerca de Tartus", en el noroeste del país controlado por el régimen.
Jalal aseguró que son sus hombres los que controlan el "centro de investigación científica" en donde según los rebeldes debían estar las armas químicas.
El comandante precisó que el botín hallado en la base está compuesto por varias toneladas de TNT, armas ligeras y municiones. "Una parte de la base fue minada", agregó, precisando que 50 soldados murieron y unos 40 fueron hechos prisioneros y entregados al Frente al Nosra.
Poco antes, Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), había indicado que "brigadas de Al Nosra o vinculados a él tomaron el cuartel general de la base militar Sheij Suleiman luego de semanas de violentos combates por su control".
La base, cuartel del batallón 111 del ejército, situada a 12 km al noroeste de Alepo, se extiende sobre varios kilómetros cuadrados de colinas pedregosas. Esta era la última guarnición del gobierno de importancia en la región.
Según un periodista de la AFP que asistió a parte de la ofensiva, gran cantidad de los combatientes islamistas son extranjeros, árabes o originarios del Cáucaso. Uno de sus jefes es uzbeko y se hace llamar Abu Talha.