Serena Williams, la número 1 del circuito femenino, y su hermana mayor, Venus (48ª), arribaron el viernes a Buenos Aires, adonde se dieron cita recientemente nada menos que Rafael Nadal y Novak Djokovic.
Serena llegó por primera vez a la capital argentina para brindar junto a su hermana una exhibición el sábado.
Se trata de la primera vez en casi dos décadas que una número 1 del tenis femenino arriba al país sudamericano, donde el tenis ha alcanzado gran popularidad.
"Es un placer estar en la Argentina. Nos vamos a divertir y a brindar un gran espectáculo", señaló Serena en una rueda de prensa.
La tenista, de 32 años, viene de cerrar una temporada sensacional, en la que obtuvo once títulos y alcanzó los 17 trofeos de Grand Slam, tras imponerse en Roland Garros y el Abierto de los Estados Unidos, con un récord de 78 victorias y apenas 4 derrotas.
Con Venus "hemos llevado el tenis a un nuevo nivel. Hemos traído mucha fuerza, pasión, moda. Tuvimos un gran impacto, cambiamos la dinámica. Incluso el hecho de ser personas afroamericanas que ganaron Grand Slams también fue un impacto", sostuvo.
"Nunca me aburrí, siempre que entro, gane o pierda, trato de dar lo mejor, más allá del resultado", dijo la deportista sobre su dominio abrumador del tour femenino.
Afirmó que su hermana mayor "siempre fue una inspiración. Ella es muy inteligente. Es el cerebro de nosotras dos; cuando jugamos en dobles, ella es la que maneja el equipo. No es fácil cuando nos toca enfrentarnos en el circuito, pero aquí vamos a hacer algo divertido, a disfrutar y a tratar dejar lo mejor de nosotras".
Venus, que vio afectada su carrera por sufrir del síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune, explicó que "siempre me sentí bendecida por tener la oportunidad de hacer lo que me gusta. En el tenis una a veces se lesiona, a veces se siente mejor o no, y no siempre puedo jugar como quisiera, pero trato de hacer lo mejor".