La gobernación de Florida exigió este viernes a la administración de Barack Obama información sobre los niños indocumentados que hayan llegado a la frontera y estén siendo trasladados a albergues en este estado del sureste estadounidense.
El secretario de Salud de Florida, John Armstrong, envió una carta a funcionarios en Washington demandando detalles de los niños, sobre todo de su salud, al hacerse eco de informes sobre supuestas deficiencias en las revisiones médicas a los indocumentados al llegar a Estados Unidos.
"Esta información se necesita urgentemente y es vital para resguardar la salud y seguridad de las comunidades en nuestro estado, así como el bienestar de los niños de la frontera, que pueden haber entrado a través de un sistema federal con fallas", escribió Armstrong.
Estados Unidos ha recibido en los últimos meses una oleada de menores sin documentos (57.000 desde octubre) en la frontera con México, provenientes principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala, lo que ha sobrecargado el sistema migratorio y ha generado lo que ha sido calificado por el propio presidente Obama de crisis humanitaria.
El traslado de niños desde la frontera, donde los albergues están colapsados, a otras zonas del país ha generado desde preocupación hasta abierta hostilidad, como en el caso de la localidad de Murrieta, California, donde habitantes impidieron en días pasados el acceso de buses con indocumentados.
En su misiva al Departamento de Salud y Servicios Humanos, encargado de resguardar a los niños, y a la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), que coordina la respuesta a la crisis, John Armstrong hace preguntas como: "¿Están realizando exámenes médicos tanto en la frontera como cuando los niños son colocados en los albergues?"
"¿Llevan registros de enfermedades contagiosas asociadas a los niños actualmente bajo cuidado federal en Florida?", cuestionó.
Florida es uno de los estados que ha recibido en sus albergues a menores indocumentados, confirmaron el mes pasado a la AFP organizaciones civiles que les prestan ayuda legal.
El presidente Obama ha pedido al Congreso que apruebe 3.700 millones de dólares en recursos para atender la crisis, sobre todo para ampliar la capacidad de acogida y agilizar los procesos migratorios para su deportación.
Gracias a una ley de 2008 contra el tráfico de personas, los niños que llegan a Estados Unidos de países no contiguos deben ser llevados ante un juez que determine si son deportados o se quedan, pero el retraso judicial hace que ese proceso pueda demorarse años. Mientras tanto, los niños permanecen con familiares o en hogares de acogida en el país.
Los niños sin acompañantes llegan a Estados Unidos huyendo de la creciente violencia en Centroamérica, según expertos.