Los ponentes para el primer debate del proyecto que crea las zonas de desarrollo, rural, económico y social (Zidres) deben ser designados mañana por el presidente del Comisión Quinta de la Cámara, le informó a EL NUEVO SIGLO el representante por Caldas, Arturo Yepes, del Partido Conservador.
Como lo publicó la semana pasada este Diario, después de varias semanas de debate y concertación con sectores sociales, campesinos y económicos del país, el Gobierno nacional, a través del Ministerio del Interior, radicó el proyecto para crear las Zidres.
Yepes sostuvo que para evitar recusaciones, el Ministerio del Interior está a la espera de un concepto sobre la improcedencia de los mismos.
“El proyecto”, recordó Yepes, “fue retirado por el Gobierno por solicitud de la Presidencia de la Comisión debido al inconveniente que se presentó por las recusaciones que algunas organizaciones campesinas presentaron contra los miembros de la Comisión que tienen propiedades en la altillanura o que tienen grandes extensiones de tierra en cualquier otro sitio del país”. De los seis ponentes fueron recusados cinco, precisó el congresista.
Para el legislador, “el mayor problema realmente creo que era el prejuicio. La iniciativa es buena, pero lamentablemente algunos observadores lo confundían con un proyecto de baldíos”.
“Hemos explicado suficientemente en la Comisión que el proyecto no tiene nada que ver con los baldíos, que este proyecto solo se ocupa es de la tierras de baja productividad que adicionalmente no han sido explotadas económicamente, precisamente por los altos costos que implicaría ponerlos a producir porque son tierras de baja fertilidad y de escasa población”, comentó.
Sobre las recusaciones, Yepes sostuvo que “vamos a adelantar un proceso muy amplio de socialización del proyecto, para que nadie recurra a ese mecanismo como medio para frenar la aprobación. Pero ya el Ministerio del Interior le solicitó al Consejo de Estado un concepto sobre la improcedencia de las recusaciones en esta ley”.
Nuevo proyecto
Efectivamente, el Gobierno ha indicado que se entiende por Zidres a las zonas rurales aisladas de los centros urbanos más significativos, que demandan elevados costos de adaptación productiva para ser competitivas.
De acuerdo con la iniciativa, cualquier persona puede presentar e inscribir proyectos productivos ante el Ministerio de Agricultura, que garanticen la viabilidad financiera, ambiental, jurídica y administrativa. Los incentivos y estímulos sólo serán otorgados a los proyectos que vinculen como asociados al pequeño o mediano productor campesino sin tierra, para que sea parte activa del proceso de explotación y producción de los predios.
Así mismo, para el desarrollo de los proyectos productivos se podrá acceder a los predios baldíos de la Nación, a través de diferentes figuras jurídicas como la concesión, arrendamiento, entre otros, que no impliquen transferencia de dominio o adjudicación.
La iniciativa arrancará su debate en las próximas semanas en la Cámara.
El representante por el Meta, Fernando Sierra, del Centro Democrático, expresó su preocupación por que por tercera vez el Gobierno nacional presenta el proyecto y porque no es claro con la comunidad sobre su verdadero propósito.
“Habíamos logrado que lo retiraran. Hoy sorpresivamente el ministro del Interior lo volvió a radicar y vuelve a cambiar su discurso. Además dice que consultaron a distintos sectores y campesinos para redactar el texto del proyecto, pero en nuestra región a nadie le preguntaron. De pronto consultó en La Habana. Esos son los engaños y las trampas de este Gobierno”, declaró Sierra.
Yepes explicó que “el proyecto 223 de 2015 en su esencia recogió las inquietudes surgidas en el debate de proyecto anterior. Se le habían agregado, básicamente, la reglamentación de unas áreas del país que son de baja productividad, aislada de los centros urbanos y que demandan elevados costos de adaptación productiva, para asignarlos, mediante programas dirigidos por el Ministerio de Agricultura a pequeños productores asociados, con empresarios, o directamente a los productores pequeños para poder formalizar proyecto productivos que benefician a los trabajadores agrarios y que promuevan las inversiones de capital”.
Nada que ver con el posconflicto
“El proyecto, reitero, no tiene nada que ver con titulación de tierras a personas que hayan combatido. Más bien se trata de generar oportunidades de trabajo en el campo. Naturalmente que sí servirá para aclimatar la tranquilidad en el país, porque reduce el desempleo, porque reduce la pobreza rural, porque habría más empresarismo en el campo, pero no tiene relación directa con el posconflicto”, anotó Yepes.
Reserva campesina
“No tiene nada que ver con las zonas de reserva campesina”, aclaró el representante Yepes.
Sobre este tema, el exvicepresidente Humberto de la Calle, jefe de la delegación del Gobierno en las negociaciones con las Farc en La Habana, tras recordar que “la aspiración de las Farc ha sido darles a esas zonas más de 9 millones de hectáreas y alto grado de autonomía”, ha explicado que las zonas de reserva campesina “no fueron ideadas en los acuerdos de La Habana. Las creó una ley del Congreso, en 1994. El propósito era preservar el ordenamiento ambiental territorial, la efectividad de los derechos de los campesinos y el acceso a la tierra, tomando en cuenta las características agroecológicas y socioeconómicas regionales. Elementos adicionales son la limitación de la extensión de los fundos, la definición de las áreas que no pueden ser ocupadas en función del desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y la amplia participación comunitaria”.
“Lo acordado en La Habana se ha limitado de manera expresa a promover el acceso a la tierra y la planificación de su uso, haciendo efectivo el apoyo a los planes de desarrollo de las zonas constituidas y de las que se constituyan, en respuesta a las iniciativas de las comunidades y organizaciones agrarias, con el propósito de promover la economía campesina y aportar a la producción de alimentos”, anotó De la Calle.
Muchas críticas
Aparte de este último tema, entre las críticas al proyecto de las Zidres está que supuestamente aniquilarían la unidad agrícola familiar, único antídoto contra la concentración de la tierra, según lo expresó precisamente César Jerez, coordinador de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc).
En su opinión, este proyecto vulneraría el derecho a los baldíos, los cuales deben ser para campesinos pobres o sin tierra.
Según lo reseñó en su momento la Agencia de Noticias UN, para Alonso Correa, sociólogo y magíster en Desarrollo Rural de la Universidad Javeriana, algunas problemáticas que aparentemente busca solucionar esta iniciativa son la clarificación de títulos, los problemas del posconflicto, la concesión de tierras para minería, el problema alimentario nacional y el intento de vincular capital transnacional y agroindustrial a nuevos desarrollos.
“Es desfavorable en términos de concentración del uso del suelo y de la propiedad de la tierra”, afirmó por su parte Jennifer Vargas, integrante del observatorio y magíster en Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UN).
Desde el Polo Democrático, el dirigente Aurelio Suárez consideró que el proyecto que los territorios objeto de las Zidres, “luego de despojarlos de su condición de ‘baldíos9, se los pone a la venta para los trabajadores rurales. Con esa ‘asociatividad’, la ley introduce por la puerta de atrás, como ‘gestores’ de los proyectos, a empresas agrícolas, forestales o ganaderas, colombianas o extranjeras, a las que vuelve sujeto de estímulos, incentivos crediticios y, quizá, de exenciones tributarias”.
Para Suárez, “el premio mayor es que, mediante distintas formas, como contratos de ‘concesión’, se les entrega a los ‘gestores’ la tierra solicitada por el tiempo que hayan demandado”.
¿Qué son las Zidres?
Son zonas especiales de aptitud agropecuaria, ubicadas en el territorio nacional, aisladas de los centros urbanos más significativos, que demandan elevados costos de adaptación productiva, tienen baja densidad poblacional y altos índices de pobreza; carecen de infraestructura mínima para el transporte y comercialización de los productos, y, por sus características agrológicas y climáticas, resultan inapropiadas para desarrollar unidades de producción familiar.
¿Qué se busca con la creación de las Zidres?
Con la creación de estas zonas se busca:
a. Promover la inclusión social del trabajador agrario como agente social productivo.
b. Aumentar la productividad sostenible de la tierra.
c. Promover el desarrollo social y económico de la zona.
d. Mejorar las condiciones agrologías del suelo.
e. Incentivar la conservación del medio ambiente.
f. Promover el acceso y la regularización de la propiedad de la tierra a los trabajadores agrarios.
g. Promover el empleo rural y la seguridad alimentaria.
Claves del nuevo proyecto
· Cualquier persona jurídica o natural puede presentar un proyecto ante el Ministerio de Agricultura.
· Los proyectos deben garantizar su viabilidad financiera, administrativa, jurídica y de sostenibilidad ambiental.
· Habrá beneficios por parte del Gobierno nacional de una política de incentivos, como líneas de créditos especiales, garantías sobre la producción, capacitación y formación, respaldo del 100% de los recursos, y compensación de las inversiones realizadas por el proyecto, por las obligaciones generadas con el Estado.
· Los incentivos y estímulos solo serán otorgados a los proyectos que vinculen como asociados al pequeño o mediano productor sin tierra.
· La delimitación de las Zidres será establecida por el Gobierno Nacional, mediante documento Conpes.
· La aprobación de cada una de las Zonas se efectuará a través de consejo de ministros mediante decreto, previo conceptos técnicos de la Unidad de Planeación Rural y Agropecuaria (UPRA).