Ya se cumplen 14 años de que el país realiza consultas de partidos para incentivar la toma democrática de las principales decisiones internas. Sin embargo, al debate que se ha dado por lo costosas que le salen al Estado versus la baja participación histórica, ahora se suma que las votaciones pueden inducir a engaños, como le sucedió a Enrique Peñalosa en las elecciones del pasado domingo.
El 9 de marzo anterior la Alianza Verde realizó paralela a las elecciones de Congreso y Parlamento Andino su consulta interna para determinar candidato presidencial, pues fue el mecanismo que estableció la Convención se utilizara, cuando a finales del año anterior selló la fusión del Movimiento Progresistas y el Partido Verde.
En esa jornada el exalcalde Peñalosa ganó la consulta con 2.013.954 sufragios contra 730.276 votos para el senador Camilo Romero y 353.478 del también senador John Sudarsky.
La lectura de esos resultados hizo coincidir a varios analistas en que Peñalosa tenía la votación suficiente para estar entre los opcionados a llegar a la segunda vuelta el 15 de junio. Sin embargo eso no sucedió en los comicios presidenciales del pasado domingo, cuando obtuvo 1.065.142 votos, es decir un millón menos que lo alcanzado en la consulta, apenas dos meses antes.
A dónde fue a parar ese millón de votos que se esfumó a Peñalosa, ¿acaso la explicación podría estar en la campaña que adelantó, la forma como explicó su propuesta de gobierno o, incluso, su desempeño en los debates que realizaron los dos canales privados de televisión a pocas horas de ir a las urnas?
Esto se queda para que sea materia de un concienzudo análisis del candidato y su Partido en los próximos días para conocer realmente qué pasó.
Sin embargo, igual queda la pregunta en el aire, ¿hasta dónde la votación en la consulta de un partido y las decisiones que en consonancia tome corresponde a la voluntad de su militancia, si en este tipo de ejercicios pueden participar todos los ciudadanos sin distinción de colectividad?
Peros
Desde el año 2000 se ha realizado un total de 31 consultas de partidos financiadas por el Estado, la más reciente de éstas correspondió a la Alianza Verde en marzo pasado para elegir su carta a las elecciones de presidente de la República.
El principal argumento en contra de las consultas departidos financiadas por el Estado es la baja participación, no solo del electorado sino de las propias colectividades. En el año 2011 participaron seis colectividades, obteniendo 1,3 millones de votos frente a un potencial electoral de 12 millones de ciudadanos.
En el año 2012 solo hicieron consulta el Partido Verde, el Polo y MIRA, con la participación en las urnas de apenas 506 mil personas. En tanto que el año anterior únicamente el Partido Liberal adelantó consulta en Putumayo para elegir a los tres candidatos que integrarían la lista a la Cámara de este departamento en las elecciones 2014.
Sin embargo, los verdes han sido exitosos en materia de consulta, pues en 2010 actuando con el nombre de Partido Verde participaron en las urnas 1.822.685 ciudadanos. En esa oportunidad, Antanas Mockus ganó el derecho de ser el candidato sobre Enrique Peñalosa y Luis Eduardo Garzón.
Entre tanto que en la consulta que ganó Peñalosa en marzo pasado participaron 4.289.808 votos.
Mientras que como se dijo anteriormente, otro de los peros a las consultas de partidos es que no son cerradas para su militancia sino populares. A propósito de la espectacular votación de Peñalosa en la consulta de marzo pasado,hubo muchos rumores de que el uribismo votó en favor de Peñalosa con el fin de impulsar su triunfo, con la idea de que era el más accesible para lograr un acuerdo para segunda vuelta en favor de Zuluaga, teniendo en cuenta el antecedente de las elecciones de alcalde de Bogotá en 2011, cuando Peñalosa aceptó el respaldo de Álvaro Uribe.
Las consultas internas fueron creadas para fomentar la democratización al interior de los partidos, permitiendo que la militancia por medio del voto se manifieste frente a decisiones importantes, como es la elección de candidatos. Sin embargo, a las colectividades aún les falta avanzar en materia de tener bases de datos actualizadas y completas de sus simpatizantes así como en la respectiva carnetización. Aunque vale decir que se han dado algunos pasos en este sentido a partir del año 2011 como consecuencia de la reglamentación de la Reforma Política (Ley 1475 de 2011).
Errores y aciertos
La consulta popular es un buen mecanismo que tienen los partidos para la toma de decisiones, señaló el senador John Sudarsky, antes por el contrario, dijo, “el tema que hay que reformar no es la consulta sino el sistema electoral. Es decir, hoy en día el sistema electoral no puede ser más perverso, termina haciendo que todos los que reciben aval de un partido terminen siendo rivales y competidores y enemigos de sus copartidarios. El problema no está en la consulta que a mí me parece que debe seguir siendo para conformar las listas de los partidos, para miles de cosas, sino en un sistema electoral que es absolutamente perverso”.
Sudarsky dijo sobre los más de cuatro millones de votos que registró la consulta de la Alianza Verde en marzo pasado, que “de todos modos ahí se ve claramente que hubo un voto uribista, pues que ya en esta ocasión (presidenciales) no hubo por dos razones: una porque había candidato uribista y segunda porque claramente Enrique Peñalosa le pidió a Zuluaga que se retirara. Ese es un primer efecto que hay que reconocer y afirmar”.
También el senador no descartó que se hubieran podido presentar errores de campaña, “aunque creo que Enrique sí logró posicionar fuertemente la idea que era un candidato anticorrupción, anticlientelismo, y con las propuestas de Camilo (Romero) sobre ciudadanía y la mía sobre participación y reforma electoral pues se creó un paquete interesante”.
Sin embargo consideró que no hubo mucho espacio y debates para hacer conocer ese “paquete”.
Añadió “que por las condiciones del Partido, pues la organización de Enrique fue, digamos, muy a dedo. Muy a menudo mucha gente del Partido se sintió excluida por los jefes de campaña, y que entonces muchos verdes se quedaron quietos. También contribuyó el hecho de que los Progresistas no estuvieron con Peñalosa”.
De todas formas Sudarsky consideró que “en general creo que Enrique Peñalosa hizo una campaña decorosa y con un planteamiento bastante valiente, y ayuda un poco a conformar lo que debe ser el ideario del Partido Verde”.