Desde el comienzo de las negociaciones de paz en La Habana, en noviembre de 2012, el Gobierno fue claro en que solamente participarían los delegados del Gobierno y de las Farc.
Solo se permitió la presencia externa de Cuba y Noruega, como garantes, y Chile y Venezuela en calidad de países acompañantes.
Sin embargo a medida que ha avanzado el proceso en la capital cubana, que busca poner fin al conflicto armado con las Farc, y que se espera se firme el acuerdo final el próximo 23 de marzo, se han intensificado las visitas de distintos sectores nacionales e internacionales para conversar con las Farc sobre la paz.
Hace algunas semanas estuvo en La Habana el expresidente de Uruguay, José Mujica, en tanto que hace unos días hicieron presencia en Cuba para hablar con los delegados de las Farc varios dirigentes de la izquierda colombiana, entre ellos la exsenadora Piedad Córdoba, el exalcalde Gustavo Petro Urrego y el concejal Hollman Morris.
En un comunicado los dirigentes de izquierda explicaron que el propósito de la reunión fue discutir la posibilidad de convocar un “acuerdo social y político por la paz y la constituyente, entre otros mecanismos de refrendación y sostenibilidad de la paz que se avecina”.
Añade el comunicado que “instamos al Gobierno nacional y a las Farc a conformar a mayor brevedad la comisión para la creación del estatuto de la oposición y a que integren la misión encargada de la reforma electoral prevista en el punto de los acuerdos de La Habana”.
Incluso desde sectores del conservatismo el dirigente gremial José Lafaurie dijo que está dispuesto a ir a La Habana para preguntar a las Farc por temas que interesan a los ganaderos. “Si en la defensa de los intereses de los ganadores hay que hacer esos esfuerzos, estoy dispuesto a sentarme en La Habana con los guerrilleros para saber qué es lo que pretenden y quieren hacer”, dijo.
Sobre estas visitas de particulares a La Habana, el senador Germán Varón dijo que “no comparto, creo que hay una exclusividad en cabeza de los negociadores del Gobierno, creo que ellos de manera exclusiva deben conversar con los miembros de las Farc. Las opiniones de diferentes sectores son válidas, pero una vez que se conozca el acuerdo y se pueda debatir sobre las conclusiones antes de la firma”.
Varón recordó que “lo dije cuando fue la comisión del Congreso a visitarlos. Hablan a nombre del Gobierno, no hablan a nombre del Gobierno, dan opiniones sueltas. Eso no es serio”.
Por su parte, Carlos Lozano Guillén, periodista e integrante del Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista, dijo que “lo que hay que decir es que son positivas porque se trata justamente que los sectores políticos, sociales, democráticos del país provean de respaldo a este proceso de paz, justamente cuando está ad portas de un acuerdo definitivo”.
Añadió que “no se trata de que ellos estén discutiendo los asuntos confidenciales y propios de la mesa sino hasta donde entiendo, las reuniones que ha habido es de gente de la izquierda que está buscando la unidad de la izquierda para el posconflicto”.