Violencia se ensañó contra los niños | El Nuevo Siglo
Jueves, 12 de Febrero de 2015

“Se oye un llanto que atraviesa el espacio para llegar a Dios, es el llanto de los niños que sufren y lloran de temor… violencia, maldita violencia…”, canción de Gabriel Romero

Más allá de las causas, lo cierto es que la descomposición social que vive el país ha llevado a que el futuro, es decir los niños, se esté asesinando a un promedio de tres menores por día, sin que se vislumbre una forma contundente para evitar que se sigan cometiendo estos atroces hechos.

Las marchas, como la realizada el lunes en Florencia, Caquetá, solo muestran el descontento por estos actos de barbarie y, las medidas anunciadas por diferentes organismos, no alcanzan a palear el dolor de los padres de las víctimas y el temor porque la violencia se siga ensañando contra los niños en las diferentes regiones del país.

Y, al mismo tiempo en que en Caquetá se marchaba, la Defensoría del Pueblo, el ICBF, la Policía Nacional, la Fiscalía y otros organismos analizaban medidas para buscar poner freno a esta ola de violencia contra los menores, se conocieron nuevos casos aberrantes.

Al descuartizamiento de un menor en Tuluá, Valle del Cauca, se supo de un hecho similar en el municipio de La Vega, en Cundinamarca y ayer se conoció del hallazgo de una menor que estaba desaparecida, muerta.

Pero no son solo hechos que les cuestan la vida, sino otros que dejan secuelas como violaciones, secuestros, matoneo, maltrato, discriminación y castigos como el amarrarlos con cadenas, quemarles las manos… los que contribuyen a que se incremente el desolador panorama que vislumbran los niños en el país, sin olvidar que muchos son reclutados por los grupos irregulares con diferentes fines.

 

Casos recientes

El país no acaba de reponerse por los hechos ocurridos en Tuluá y en zona rural de Florencia, cuando se estremeció con el descuartizamiento de un menor en La Vega y a renglón seguido, ayer el CTI de la Fiscalía anunció que había hallado los restos óseos de una menor de 12 años que había desaparecido el 7 de julio del 2014, en un cañaduzal del barrio Palo Blanco en el municipio de Buga, centro del Valle.

En esa fecha, según familiares, la menor había salido muy temprano de su casa a acompañar a una hermana a una diligencia personal, pero nunca llegó.

“Solo pido a la Fiscalía y las demás autoridades que no paren las investigaciones hasta que den con el paradero de quienes acabaron con la vida de mi hija”, dijo María Lourdes Londoño, madre de la niña.

Los restos óseos fueron encontrados por trabajadores que adelantaban labores agrícolas y, tras las pruebas de ADN, se determinó que se trataba de la integrante de la familia Suárez Londoño, estudiante de sexto grado de bachillerato.

A su vez, el director de la Policía, general Rodolfo Palomino, aseguró que avanza con celeridad la investigación por el asesinato de un menor de siete años en La Vega (Cundinamarca).

El alto oficial reveló que las autoridades ya cuentan con las primeras pistas para dar con los responsables de este crimen

“Nuestras unidades utilizaron una tecnología de alta calidad, de un nivel de Policía científica avanzada, que nos permite hoy saber dónde pudo haber sido asesinado este menor, quizá quienes lo hicieron y a partir de este reconocimiento esperamos ojalá aprehender a los responsables”, afirmó Palomino.

La Policía de Cundinamarca encontró muestras biológicas que podrían corresponder al niño de 7 años y que serían piezas clave para hallar a los responsables de su asesinato en el municipio de La Vega.

Por otra parte, el comandante de la Policía de Cundinamarca, Flavio Mesa, reportó al respecto que “se hizo una inspección judicial al lugar, una casa de habitación por la que se accede de manera directa al lugar donde se encontraron los restos del niño Robinson Correa Hernández y por eso allí se determinaron unos elementos materiales probatorios con algunas muestras biológicas que están para estudio científico y determinación de ADN”.

El Oficial también confirmó la información que en las últimas horas entregóRCN, en el sentido de que un joven de 15 años, que vivía en el lugar con dos adultos, está bajo protección del ICBF.

Este menor está siendo investigado porque en sus ropas fueron encontrados rastros de sangre que podrían ser del niño muerto.

“Una vez realizados los estudios de necropsia por los peritos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, se determinó la causa de muerte del niño Robinson Correa como producto de las múltiples lesiones producidas por arma cortopunzante. En los laboratorios del Instituto se están realizando estudios complementarios de los cuales, una vez se obtengan sus resultados se remitirán a la Fiscalía General de la Nación”, informó ayer Medicina Legal.

 

Otros casos

Las alarmas se prendieron la semana pasada con el asesinato de cuatro hermanos en una finca en zona rural de Florencia, Caquetá.

Los pequeños estaban en diferentes casas de la finca y, de acuerdo con lo que se ha conocido de las investigaciones, dos hombres en moto los reunieron y luego los asesinaron. Un quinto niño logró salvarse.

Uno de los señalados de haber ordenado la masacre, ya entregó su versión a las autoridades y aseguró que no tiene nada que ver, aunque sigue vinculado a la investigación, por cuanto con anterioridad había sido denunciado por el padre de los menores.

¿Cuál fue el motivo de la matanza? Todo apunta a que fue una venganza y que de por medio están las tierras, es decir, la finca donde ocurrió el execrable hecho.

Las investigaciones apuntan a varias hipótesis y de por medio están las denuncias realizadas por el propietario de la vivienda y de quien se dice, invadió el predio hace diez años, así como la posible omisión de las autoridades.

El general Palomino anunció que aumentó la recompensa a $70 millones para dar con los presuntos responsables, dos hombres cuyos retratos hablados ya fueron dados a conocer, de quienes se dicen no serían de la región y que serían guerrilleros.

Además, justo el día en que el país se estremeció con la masacre en Florencia, se conoció que fue hallado un menor descuartizado en el barrio Villa Liliana de Tuluá.

De acuerdo con la Policía, se trató de un menor, de unos 13 años, por las características físicas. Por el hecho ya hay tres capturados y los tres, menores de edad.

A estos casos se suma el de un padre que en una finca del corregimiento El Carmen, en el municipio de Dagua, Valle del Cauca, mató a su hijo de seis años y luego se suicidó. Los hechos ocurrieron el pasado 10 de febrero.

De acuerdo con información oficial, en el sitio fue hallada una carta escrita por el hombre y que relacionaría su decisión con diferencias sentimentales con quien era su pareja y madre de sus dos hijos.

Caso similar al de una madre que en el municipio de Tenjo, en Cundinamarca, golpeó a su pequeña hija de cinco años hasta causarle la muerte y luego se lanzó a un carro en un intento por suicidarse, en hecho ocurrido el pasado 23 de enero. Hoy está presa.

 

Y hay más…

En Barranquilla una mujer, que llegó a la Terminal de Transporte, fue detenida por confesar haberle inyectado veneno a su hijo de cuatro años. El menor permanece en el Hospital CARI ESE de Alta Complejidad y es atendido por especialistas.

Además en Buesaco, Nariño, una menor de cinco años está desaparecida y a pesar de la recompensa de $50 millones por información que permita dar con su paradero, no ha sido posible encontrarla tras dos meses de búsqueda.

Nilsa Narváez, madre de la menor Nicole Narváez, quien desapareció en el corregimiento de San Antonio, en cambio, denunció que ha recibido llamadas extorsivas en las que piden una cantidad de dinero por la entrega de su hija.

En Bosa, una niña de 13 años desapareció hace una semana y el pasado martes sus familiares dijeron haber recibido una llamada en la que la menor les informó que estaba bien, en una finca, pero que no la buscaran más.

También fue noticia esta semana la condena de 396 meses de prisión, es decir 33 años, impuesta a una mujer señalada de haber asesinado a su bebé recién nacido, luego de arrojarlo desde una ventana de su vivienda.

El panorama podría ser más desolador si se incluyen casos como el de la porrista de Millonarios que fue asesinada en el barrio Castilla de Bogotá y cuya investigación no ha servido para determinar las causas del hecho; o el de una modelo que apareció enmaletada en el barrio Roma o el suicidio del joven Sergio Urrego, quien se suicidó en un centro comercial y por cuyo hecho la rectora del colegio y la psicóloga serán imputadas por la Fiscalía.

También, la muerte de una joven mujer, que estudiaba para azafata y cuyo cadáver fue encontrado en cercanías al rio Arzobispo. La lista podría seguir y ser interminable.

Es por ello que cifras de Medicina Legal y de algunas ONG que manejan estadísticas al respecto, indican que en promedio en Colombia, cada día mueren tres niños de manera violenta, bien sea en el hogar, vivienda del victimario, por venganzas o por cualquier otro motivo.

¿Será que la disposición de líneas telefónicas gratuitas, el fortalecimiento de los programas de promoción de derechos y deberes, a través de las escuelas de padres con el apoyo del sector educativo, para que la sociedad asuma un papel de corresponsabilidad en el cuidado y protección de niños, niñas y adolescentes o el aumento de policías es suficiente para frenar la violencia contra los niños?