Uno de los delitos de mayor ocurrencia en el país es el de violencia intrafamiliar y lo más preocupante para las autoridades es que va en aumento.
Según el llamado censo delictivo de la Fiscalía, ese delito es el de mayor ocurrencia, de lejos comparado con otras conductas tan comunes como el hurto o las lesiones personales.
Las estadísticas indican que 326 casos son denunciados a diario, es decir casi 2.000 semanales, con lo que la cifra para este año ya es superior a la registrada en 2015, cuando las denuncias a diciembre llegaron a 26.985.
Lo que en la Fiscalía se conoce como Violencia de Pareja, presenta un registro según el cual solo en 2015 se presentaron 47.248 denuncias, la mayoría de hechos ocurridos en el hogar de la víctima y con Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca y Santander como las zonas del país más afectadas.
Indica Medicina Legal que son 119,24 casos por cada 100.000 habitantes, 1.601 casos menos que en 2014 con 48.849 denuncias, pero con un inusitado aumento para 2016.
El Instituto indicó además que la población femenina es la más vulnerable en el país por este tipo de violencia, presentando el 86,66% del total de casos, en el 47,27% de las denuncias el supuesto agresor es el compañero permanente y en un 29,33% su expareja.
Los datos oficiales de la entidad, a julio, señalan que en Colombia más de 25.000 mujeres han sido agredidas por su pareja este año, mientras que 4.000 hombres se han visto afectados por este tipo de violencia.
Alarma que 5.827 niños, niñas y adolescentes han sido víctimas de esta problemática; 8.710 personas entre hijos, hermanos, tíos y cuñados, y 933 adultos mayores.
De acuerdo con los datos oficiales, las niñas sufren más por este tipo de violencia, con 3.054 casos. De los niños se conocen hasta ahora 2.773 registros.
Además, una investigación de la Universidad de La Sabana, indica que los tipos de violencia más comunes son aquellos que son “aceptados socialmente” o en el peor de los casos el maltrato que parece invisible; como, por ejemplo, menospreciar, zarandear o sacudir; chistes o bromas de mal gusto; golpes hacia los objetos para mostrar autoridad e infundir miedo; celos obsesivos que no permiten a la pareja verse con familiares o amigos, o la amenaza constante en la que la otra persona chantajea o intimida diciendo que se va a ir de la casa o que va a terminar la relación.
También causa preocupación entre las autoridades que una alta cifra de víctimas, especialmente mujeres, no denuncian las agresiones, por lo que consideran que la cifra está muy por debajo de la realidad.