Víctimas del conflicto solicitaron a Estados Unidos y Cuba desclasificar archivos que puedan ayudar a esclarecer los crímenes cometidos en más de medio siglo de enfrentamientos en el país.
"Esperamos que el gobierno norteamericano y las diferentes instancias se comprometan a empezar un proceso de desclasificación de información", dijo José Antequera Guzmán, fundador de la organización colombiana Hijos e Hijas por la Memoria y contra la Impunidad.
"Sabemos que el gobierno de Estados Unidos puede ayudarnos para que se sepa toda la verdad", señaló Antequera en Washington, donde se reunió con funcionarios del Departamento de Estado y congresistas.
Estados Unidos y Colombia consolidaron hace 15 años el llamado Plan Colombia, centrado en la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla, que ha incluido varios miles de millones de dólares.
Estados Unidos tiene "corresponsabilidad sobre violaciones de derechos humanos y la continuación del conflicto", dijo Antequera.
El activista extendió la solicitud a Cuba -aliado ideológico de la guerrilla de las Farc y sede de los diálogos de paz- y al resto de América Latina a revelar información sobre crímenes en Colombia relacionados con el conflicto armado.
"Toda esa verdad tiene que conocerse y este es el momento", apuntó Antequera, en momentos en que el gobierno colombiano y las Farc afinan detalles para incluir el tema de las víctimas del conflicto en los diálogos de paz.
Antequera, hijo del dirigente de la organización de izquierda Unión Patriótica del mismo nombre, asesinado en 1989, señaló que la difusión de la información "redunda en que los crímenes de Estado en particular se conozcan".
La discusión sobre víctimas, que ha levantado un debate nacional en Colombia, comenzará el 12 de agosto y cuatro días después comparecerá la primera delegación de víctimas, según anunciaron ambas partes el 17 de julio.
La reparación de las víctimas es uno de los puntos más complejos de la agenda de paz, pues cada bando achaca al otro la culpa por la violencia, en un conflicto de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos y cinco millones de desplazados.