El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y el vicepresidente colombiano, Angelino Garzón, se remangaron este viernes sus pantalones en solidaridad con las víctimas de minas antipersonal, durante un acto en Medellín.
En el marco del Día internacional de información sobre el peligro de las minas -este 4 de abril- y durante una conferencia sobre el apoyo a las víctimas de estos artefactos, Garzón llamó a líderes y personas de todo el mundo a remangarse el pantalón como símbolo "de lucha y compromiso".
"Como un compromiso de lucha contra las minas y de solidaridad con las víctimas de las minas, yo los invito hoy a que nos remanguemos para que enviemos este mensaje a Colombia y al mundo entero", dijo el vicepresidente.
Acto seguido, el mismo Garzón, Insulza, delegados de la ONU y decenas de personas presentes en la reunión procedieron a remangarse una de las piernas de sus pantalones.
La iniciativa ¡Remángate! ya ha sido ejecutada por líderes mundiales, artistas y civiles alrededor del mundo en ocasiones anteriores.
Juan Pablo Salazar, su promotor en Colombia, destacó que "con remangarnos el pantalón no vamos a lograr que las víctimas recuperen las piernas o los brazos que perdieron, no le devolveremos la vida a la gente que ha muerto y difícilmente aliviaremos el dolor de las familias".
"Lo que sí lograremos con remangarnos el pantalón es despertar conciencias", dijo.
Mientras que Insulza recordó que hay un estimado de 65 millones de minas sembradas en 56 países del mundo, las cuales hay que trabajar en encontrar y eliminar.
Afganistán, Colombia y Camboya son los países más afectados por el impacto de las minas, según un informe de la organización Landmine and Cluster Munition Monitor que recoge datos de 2012.
Ese año, en todo el mundo hubo un total de 3.628 víctimas de minas, con casi 10 explosiones diarias de estos aparatos.
Colombia ratificó en 2000 la Convención de Prohibición de las Minas Antipersona de 1997. Sin embargo, las autoridades sostienen que las guerrillas FARC y ELN siguen usando esos artefactos, incluso fabricados artesanalmente, en el marco del conflicto armado que afecta al país desde hace 50 años.
La conferencia mundial que se desarrolla hasta este viernes en Medellín busca vías efectivas para cumplir las promesas de ayuda y reintegración social que los estados firmantes de la Convención hicieron a las víctimas.