Los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela realizarán en los próximos días una reunión en Washington para definir una agenda del posible restablecimiento de embajadores entre ambos países, retirados en 2010 tras tensiones políticas, informó este jueves en Guatemala el canciller venezolano, Elías Jaua.
"En los próximos días, seguramente en Washington" se establecerá una reunión entre el encargado de negocios venezolano, Calixto Ortega y la subsecretaria adjunta para América Latina de Estados Unidos, Roberta Jacobson, indicó a periodista Jaua, en una base área militar en el sur de la capital guatemalteca.
"Creo que hay buena voluntad, de ambas partes (...). El presidente (Hugo) Chávez había dicho que teníamos que trabajar para normalizar esas relaciones" con Estados Unidos, agregó Jaua antes de regresar a Venezuela tras participar en la 43 Asamblea General de la OEA en la ciudad colonial de Antigua (suroeste).
Según el diplomático venezolano, durante el acercamiento del que no se precisó una fecha exacta, se abordaran los temas del "restablecimiento de la representación al más alto nivel" diplomático y los "mecanismos de comunicación para aclarar cualquier" desacuerdo.
Sobre la postura de Estados Unidos que aun no reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, Jaua señaló que "no es un tema que importe" y le resto relevancia a la actitud de Washington de no aceptar los resultados de las elecciones venezolanas de abril pasado.
El miércoles, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el canciller venezolano acordaron la reapertura de un diálogo de alto nivel entre sus países en busca de restablecer embajadores luego de una reunión de 40 minutos en un salón del hotel donde se celebra la asamblea anual de la OEA.
"Sentí que fue un encuentro muy, muy positivo (...) Acordamos que habrá un diálogo continuo para intentar establecer una agenda" e indicar a América Latina que Estados Unidos y Venezuela están resolviendo sus diferendos, indicó en ese momento el secretario de Estado, en conferencia de prensa.
Washington critica regularmente a Caracas por lo que considera hostigamiento a la oposición política y a los medios de comunicación, pero al mismo tiempo busca una relación práctica con un país que es su cuarto proveedor de petróleo.
Las elecciones en Venezuela del 14 abril, ganadas por estrecho margen por Maduro sobre el candidato opositor Henrique Capriles, provocaron un nuevo cruce de declaraciones entre Washington y Caracas, luego de que el gobierno estadounidense se uniera a la oposición en pedir un recuento de los votos.
En enero de 2011 la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton intentó reactivar la relación con Venezuela al conversar unos minutos con el entonces presidente Hugo Chávez, al margen de la investidura de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
Ese intento no cuajó a causa de las permanentes divergencias entre ambos países.
Venezuela es el principal obstáculo a la política estratégica y diplomática del gobierno de Obama en la región, mientras que Caracas acusa a Washington de comportarse como un "imperio".
Pese a las tensas relaciones entre ambas naciones, sin embajadores desde hace más de dos años, Estados Unidos es el principal cliente del petróleo de Venezuela, principal productor de crudo sudamericano, al que compra 900.000 barriles diarios en efectivo.
Venezuela, desde la presidencia de Chávez (1999-2013), ha intentado extender su concepto de "revolución socialista del siglo XXI".
El pulso en torno a los embajadores se inició en septiembre de 2008, cuando Chávez, en solidaridad con su aliado boliviano Evo Morales, expulsó al embajador estadounidense.
Washington replicó con la misma medida, y al año siguiente ambos países decidieron volver a reinstalarlos.
Hillary Clinton mantuvo un encuentro franco con Chávez en la cumbre de las Américas de abril de 2009, pero cuando el embajador estadounidense en Caracas, Patrick Duddy, acabó su misión en julio 2010 se abrió de nuevo un debate sobre el puesto.
El embajador nominado para Caracas, Larry Palmer, hizo unas declaraciones en el Congreso que volvieron a irritar a Chávez, quien lo rechazó antes siquiera de que llegara a Caracas.
Washington volvió en diciembre de 2010 a expulsar al representante venezolano, Bernardo Alvarez./AFP