Un grupo de 130 presos que se negaban a desalojar La Planta, una cárcel de Caracas que el gobierno ordenó clausurar, empezaron a rendirse este jueves tras el intenso tiroteo que protagonizaron durante todo el día y que obligó al gobierno a desplegar las fuerzas del orden.
"Los presos están comenzando a salir. Es un espacio que se recupera para la tranquilidad de este sector, después de tantos años de estar sufriendo la violencia de un centro de esta naturaleza", declaró a las puertas de la cárcel la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, mientras los reos iban desfilando entre policías armados para ser trasladados a otros penales.
Varela dijo esperar que el desalojo "no se prolongue más allá de 24 horas" y se comprometió a garantizar todos los derechos y atención médica a los presos.
Sin embargo, Carlos Nieto, director de la ONG Una ventana a la libertad, declaró a la AFP que este desalojo no significa que se haya resuelto el conflicto carcelario en Venezuela y "que haya triunfadores", y recordó que "adentro hay 1.600 presos más", en una cárcel que tiene una capacidad para 350 reclusos.
"Están mudando el conflicto a otras cárceles, que también están hacinadas", dijo.
La rendición de los reos puso fin a una jornada de intensos tiroteos que se iniciaron temprano en la mañana y se extendieron intermitentemente hasta las cinco de la tarde, hora en que la Guardia Nacional empezó a controlar la situación.
Según la prensa local, los disturbios se saldaron con siete heridos, entre ellos un oficial de la Policía de Caracas, mientras la ministra, que reconoció la existencia de "lesionados" en el interior del penal y no descartó que haya fallecidos, no ofreció cifras concretas.
Varios familiares de presos que se encontraban en los alrededores de la cárcel denunciaron que fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos y cañones de agua.
"Todo fue horrible, en verdad arremetieron muy feo. Lanzaron bombas (de gas lacrimógeno), lanzaron de todo aquí. A algunas mujeres les han pegado, hasta a una embarazada (...). Estamos pidiendo por favor que retiren a los guardias de aquí. No queremos más masacres", dijo a la AFP Janet, que tiene a su hijo y a dos sobrinos dentro.
El vicepresidente, Elías Jaua, aseguró horas antes que el plan de cerrar la cárcel es "irreversible" y que "el comandante Hugo Chávez, desde esta mañana al ser informado, giró instrucciones para atender la situación".
Por su parte, el candidato presidencial de oposición, Henrique Capriles Radonski, dijo en su cuenta de Twitter que la situación que vive el penal caraqueño es "otro ejemplo más del fracaso de este gobierno en el tema penitenciario y la seguridad de los venezolanos".
"El caos no se acaba con el traslado, simplemente lo cambian de un sitio a otro, en casi 14 años no se dieron cuenta que existía La Planta", agregó tras el desalojo.
Hace tres semanas estalló la crisis en La Planta --ubicada en una zona residencial del oeste de Caracas--, donde presos armados se rebelaron contra las autoridades en rechazo a los planes de traslado. En uno de los tiroteos desatado la semana pasada, un vecino falleció en su casa al ser alcanzado por una bala.
Centenares de mujeres han dormido en los últimos días en carpas o bajo cartones en los alrededores de la cárcel, esperando tener noticias de sus familiares reclusos tras la suspensión de las visitas habituales.
La situación que vive La Planta recuerda a la operación que puso fin al motín en la cárcel de El Rodeo, a las afueras de Caracas, en junio de 2011, que dejó un saldo de 25 muertos y varios presos fugados.
Las prisiones venezolanas, donde según organizaciones humanitarias mueren unos 300 reos al año como consecuencia de la violencia, sufren también de un gran hacinamiento. Según el gobierno, actualmente hay casi 50.000 reclusos pero la infraestructura carcelaria sólo tiene capacidad para unos 14.000.
AFP