Venezuela atraviesa un ciclo de "bajo crecimiento" económico con alta inflación, admitió el presidente del Banco Central (BCV), Nelson Merentes, un día antes de que el gobierno anuncie nuevas medidas para enfrentar la situación económica que genera protestas callejeras desde febrero.
"Estamos en una fase (...) de bajo crecimiento y se disparó la inflación", dijo el funcionario en una entrevista con el canal privado Venevisión.
Venezuela registra una inflación del 57,3% anualizada a febrero -la más alta de Latinoamérica-, que ha sido uno de los detonantes de las protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro desde hace más de dos meses, con saldo de 41 muertos y unos 600 heridos.
El gobierno venezolano se fijó una meta de crecimiento de 4% para 2014 y una inflación entre 26 y 28%, según el presupuesto de la nación aprobado en diciembre de 2013.
Merentes reconoció que la inflación está "muy por encima del promedio" histórico registrado en los últimos 14 años (22% a 24%) y aseguró que "uno de los factores que inciden (en los indicadores) es este antagonismo (político) que existe" en el país con las protestas.
El presidente del BCV aseguró que ministros y el gobierno se están reuniendo con "el sector privado para hacer cronogramas de acreencia (financiamiento)" para "volver a la senda del crecimiento".
Maduro anunció para este martes el lanzamiento de lo que definió como una nueva ofensiva económica para contener la inflación e incrementar la producción local ante la escasez de productos básicos (uno de cada cuatro) que golpea a los venezolanos y para bajar el volumen de importaciones, de las cuales depende el país.
"Pronto en esta ofensiva económica que anuncia el presidente (...) seguramente van a aparecer mecanismos de solución de este tipo de dificultades (...) que ya se tuvo en el pasado. El gobierno ya tiene experiencia en resolverlos", añadió el presidente del BCV.
Segun los expertos, el estancamiento de la producción incluída la del petróleo -de donde Venezuela obtiene el 96% de sus divisas- ha causado retrasos en la asignación de dólares para importaciones, en un país con control cambiario desde 2003.