El canciller de Venezuela, Elías Jaua, aseguró este domingo que buena parte de la deuda de 2.000 millones de dólares con los importadores de la zona franca panameña de Colón es "fraudulenta" y que serán iniciadas investigaciones, a días de la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con Panamá.
"El 90% (de la deuda) es fraudulenta. Es una verdadera podredumbre lo que hemos encontrado allí (con) el desfalco que se le pretende hacer a la República Bolivariana de Venezuela, con mercancía que nunca salió de Panamá y se pretende cobrar como una deuda en dólares", dijo Jaua en entrevista televisada con el periodista y exministro de la Defensa del fallecido Hugo Chávez, José Vicente Rangel.
"Hemos suspendido definitivamente esa revisión (de la deuda) y más bien vamos a iniciar investigaciones penales contra empresarios venezolanos", informó el canciller.
El miércoles el presidente Nicolás Maduro anunció la ruptura de relaciones comerciales y diplomáticas con el gobierno panameño, al que calificó de "lacayo" y de propiciar una intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) tras un mes de protestas opositoras que han dejado 20 muertos.
Días después, Maduro acusó a su homólogo de Panamá, Ricardo Martinelli, de cobrar 20% de comisiones a empresarios panameños de la Zona Libre de Colón por los pagos recibidos del gobierno venezolano, por lo que ordenó parar todas las transacciones y establecer una relación directa con los importadores.
La deuda venezolana tiene que ver con operaciones que han realizado empresarios venezolanos con la zona franca panameña. El gerente de la Zona Libre de Colón, Leopoldo Benedetti, aseguró que el monto asciende a unos 2.000 millones de dólares.
En Venezuela rige un férreo control cambiario desde 2003, por lo que los empresarios deben tramitar los pagos en divisas extranjeras a través del gobierno.
El país sudamericano, que obtiene casi 100.000 millones de dólares anuales por la venta de petróleo, tiene deudas acumuladas con varios sectores, con retrasos de hasta un año.
Así, debe unos 2.400 millones de dólares a las aerolíneas, 2.000 millones a la industria automotriz, 1.800 millones al sector farmacéutico y 650 a la industria química.