El todopoderoso cardenal australiano George Pell, secretario de economía del papa, espera haber logrado convencer a los cardenales de la necesidad de introducir más rigor en las finanzas del Vaticano.
"Encontré menos oposición a las reformas de la que esperaba. Solo en algunos puntos se escuchó lo que yo llamaría una oposición entusiasta. En conjunto, todo el mundo entiende la necesidad del cambio", declaró al diario francés La Croix.
"Hace cuatro meses, algunos creían que nada cambiaría seriamente", agregó al diario italiano Corriere della Sera, refiriéndose, sin citar ningún nombre, a "una pequeña porción de la curia que ha intentado interponer una gran resistencia".
Los métodos rigurosos de monseñor Pell han suscitado algunas crispaciones, en particular en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, un verdadero Estado dentro del Estado que posee numerosos bienes.
George Pell ha insistido en que el examen de las cuentas de los diferentes servicios del Vaticano habían conducido al hallazgo de 442 millones de euros no utilizados, que se añadirían a los 936 millones encontrados en un primer momento, unos fondos legales conservados en previsión de "tiempos difíciles".
Estos fondos serán integrados al presupuesto de 2015 y no serán superfluos, pues una comisión ha asegurado que el sistema de jubilaciones del Vaticano tendrá un déficit de 700 a 800 millones de euros de aquí a 10 años, según explicó el cardenal.
Aunque la reforma de la curia, el gobierno de la Santa Sede, llevará todavía varios años, "esto no nos impedirá avanzar y enderezar las cosas", agregó.
Según el cardenal, "se nombrará a un controlador general" este año. Se tratará de un "laico, profesional experto, completamente independiente y que rendirá cuentas al papa directamente".
Paralelamente, la comisión encargada de las reformas de los medios de comunicación del Vaticano, hoy en día demasiado costosos, ha sacado un informe subrayando que "no es normal" que el 85% de los recursos sean destinados a la radio y la prensa escrita (Radio Vaticano y Osservatore Romano).
"Hay que desarrollar la televisión y las redes sociales. Pero nadie será despedido. Los ajustes se harán con las jubilaciones", aseguró monseñor Pell a La Croix/AFP.