El ex presidente Uribe hace campaña electoral en Bolívar impulsando la candidatura de Rosario Segovia a la Gobernación. El primero, de vieja ideología antisubversiva; la segunda, militó en el ELN por admiración juvenil al jefe Fabio Vásquez Castaño. El apoyo que le brinda Uribe obviamente origina comentarios diversos, algunos muy ligeros. No tendría seriedad observar en Uribe un converso vinculado a la izquierda anacrónica. Tal vez sería realista imaginar que su candidata a la Gobernación de Bolívar ya no cree en viejas ideologías.
Vice Garzón
El vicepresidente de la República Angelino Garzón ha sostenido esta semana dos veces que “no milito en partido o movimiento político desde el año 1994”. Esta frase sirve de hospedaje a un olvido, un error o una mentira. Fue dicha por Garzón 19 meses después de que, bajo la gravedad del juramento, se confesara militante del partido de la U para inscribirse como candidato a la Vicepresidencia en fórmula con el hoy mandatario Juan Manuel Santos. A fin de no ser visto en el Partido de la U debe renunciar. Sin duda, la experiencia le informa que eso no es difícil o imposible. No hace años renunció al Comunismo, el partido de su juventud. Y fue más allá: se declaró creyente, devoto del santo Cristo Milagroso de Buga.
Pardo, enojado
Rafael Pardo, jefe único del Liberalismo (con $ 30 millones mensuales de salario), se manifestó enojado al saber que en la última reunión del Consejo Electoral hubo dos miembros ausentes. Participaron siete que negaron la posibilidad de una consulta liberal en las elecciones generales del 30 de octubre. En efecto, faltó un voto para que fuese aprobada la respectiva petición liberal. Los asistentes votaron así: cinco a favor y dos en contra.