A cinco días del final, el Giro de Italia parece haberse transformado en un duelo entre los colombianos Rigoberto Urán (Omega Pharma), líder de la prueba, y Nairo Quintana (Movistar), que es 5º.
Quintana, el escalador "de referencia" según el francés Pierre Rolland (8º), deberá lanzarse a una persecución de resultado incierto. Tras la pérdida de tiempo en la contrarreloj de Barolo, el segundo clasificado del Tour 2012 debe recuperar 2 minutos 40 segundos frente a su compatriota.
El resto de contrincantes, el australiano Cadel Evans (2º a 1 minuto y 3 segundos), el polaco Rafal Majka (3º a 1 minuto y 50 segundos) y el italiano Fabio Aru (cuarto a 2 minutos y 24 segundos) estarán al acecho y podrían ser los árbitros de la contienda colombiana.
Por ahora, Urán tiene una posición dominante. "Sé que Quintana es fuerte y que será superior en las ascensiones de la última semana", asegura la 'maglia' rosa.
Pero Urán cuenta con su experiencia en el Giro, en el que ya ha participado tres veces, su gestión de los esfuerzos y su regularidad. Estas cualidades le han valido el reconocimiento de Evans que tras la subida a Montecampione se rindió al colombiano. "Urán ha corrido muy bien", afirmó el vencedor del Tour 2011.
"Nadie esperaba un Giro tan apretado", se sorprendió el australiano. "En estos momentos hay siete corredores en un espacio de tres minutos", explicó.
Pero no todos llegan a la última semana en la misma forma. El propio Evans ha mostrado signos de debilidad en las últimas dos llegadas en alto, el escalador italiano Domenico Pozzovivo (6º) explicó que sufría un principio de bronquitis y el joven holandés Wilco Kelderman (7º) ha comenzado a notar el cansancio que supone una vuelta de tres semanas.
Por el contrario, Aru, el más fuerte el domingo en Montecampione, y Majka, que afirmó que sería feliz si conserva su tercera plaza el próximo domingo en Trieste, parecen en plena forma y esperan tener sus opciones de sorprender a los colombianos.
Pero Urán teme sobre todo a Quintana, un escalador de élite. Aunque el líder del Movistar tendrá que aprovechar todas la ocasiones de las que disponga.
"He recuperado tiempo en las últimas dos jornadas aunque no haya sido todo el que había perdido", recalcó Quintana, restablecido de sus distintos problemas de salud, las secuelas de una caída seguidas de una infección de garganta que le obligó a seguir un tratamiento de antibióticos. "Habrá que esperar. La victoria sigue siendo factible", cree el escalador.
Para el primer espada de la nueva generación del ciclismo colombiano, las ocasiones son contadas. Tres llegadas en alto, a Val Martello (martes), al refugio de Panarotta (jueves) y al Monte Zoncolan (sábado) serán sus mejores bazas para reducir diferencias.
Quintana se jugará mucho, igual que Urán, en la contrarreloj que se disputará el viernes en las pendientes del Monte Grappa.
En los 26,8 kilómetros del recorrido la carretera pica hacia arriba en 19,2 kilómetros. Se podría decir que los escaladores tendrían ventaja en esta ascensión del 8% de desnivel medio que fue testigo de una batalla encarnizada hace cien años durante la I Guerra Mundial.
La meteorología, el último factor a tener en cuenta, puede favorecer a uno u otro. La nieve parece amenazar el recorrido de la 16ª etapa que deberá superar el martes dos puertos de gran altura, el Gavia (2.618 m) y el Stelvio (2.758m) antes de llegar al Val Martello.
"Poco importa si se disputa la etapa o no (debido a la meteorología), al final, siempre gana el más fuerte", asegura Urán.
Etapa no se modificará
La 16ª etapa del Giro incluirá hoy los dos grandes puertos programados, el Gavia y el Stelvio, antes de subir el Val Martello salvo un empeoramiento de las condiciones climatológicas, anunció ayer el director de la carrera Mauro Vegni.
"La etapa se correrá sin cambios. Llueve pero la carretera está bien", declaró Vegni.
"Aunque todo puede cambiar de una hora a otra en la montaña", añadió el director de la ronda que se reservó la posibilidad de cambiar de opinión el martes por la mañana en caso de que un gran descenso de las temperaturas haga imposible esparcir sal por la calzada en el descenso de los puertos.
"La amenaza es el hielo", reconoció Vegni con respecto a la etapa de 139 kilómetros que deberá partir de Ponte di Legno, al pie del Gavia.
Los problemas pueden llegar sobre todo en el paso por el Gavia (2.618 m), una antigua ruta militar que entró en la leyenda del ciclismo cuando los corredores del Giro tuvieron que soportar una tormenta de nieve en 1988. /AFP.
"El Stelvio (2.758 m) es un alto más abierto que el Gavia. La carretera es buena", explicó el director del Giro.
El año pasado, una etapa muy parecida, que también subía el Gavia, el Stelvio y que llegaba al Val Martello, tuvo que ser anulada a causa de la nieve caída.