Hasta ahora, tras registrar el 26 por ciento de los cementerios del país, en los camposantos se han encontrado cerca de 30.000 personas que habían sido reportadas como desaparecidas, informó María Paulina Riveros, directora de Derechos Humanos, del Ministerio del Interior.
“Este es un proyecto que busca definir dónde hay personas no identificadas. Ya las razones de la muerte y la relación de su muerte con el conflicto, será de competencia de otras entidades”, expresó.
Riveros anotó que es una iniciativa que busca encontrar a las personas que presuntamente están desaparecidas y determinar “si están vivas, si están muertas”, explicando que “es una pretensión mucho más amplia” porque incluye “buscar todas las personas fallecidas que hasta el momento no han sido identificadas o que ya fueron identificadas pero que no han sido reclamadas”.
La alta funcionaria informó que a raíz del proyecto le han surgido algunas dudas. La primera es la poca importancia que se da en los cementerios del país a la memoria de Colombia.
Expresó Riveros que se requiere la creación de protocolos para evitar que se pierdan los restos inhumados como no identificados, “porque pueden haber accidentes geográficos, puede haber desastres naturales que conlleven a la desaparición de los cementerios o la modificación en sus condiciones estructurales, lo que haría que esos cuerpos se pierdan en su suerte”.
Para Riveros, en esta nueva fase del proyecto se continuará con el intercambio de experiencias científico-técnicas propias de los bancos de perfiles genéticos y tendrá como ingrediente adicional, la construcción conjunta de los lineamientos para la intervención total de cementerios, como aporte a los procesos de búsqueda, localización e identificación de personas no identificadas e identificadas no reclamadas.
Tras anotar que en las zonas donde más se presentan personas sin identificar son Cundinamarca y Antioquia, Riveros manifestó que estas desapariciones pueden ser calificadas como una tragedia nacional: “Desconocer el paradero de las personas que ha fallecido y no saber dónde se encuentran es muy triste para la historia el país”.
Recomendaciones
Al comienzo de la semana, como lo informó EL NUEVO SIGLO, más de 80 organizaciones de víctimas y de derechos humanos culminaron en Bogotá su tercer y último encuentro para consolidar recomendaciones sobre búsqueda de desaparecidos que se entregarán a los negociadores de paz en La Habana el 12 de marzo.
Tras esta y otras dos deliberaciones este año, que tuvieron lugar gracias al apoyo logístico de la Unidad para las Víctimas, los familiares de los desaparecidos finalizaron un documento dirigido a la Mesa de Conversaciones entre el Gobierno nacional y las Farc.
Entre las sugerencias que llevarán los afectados a la Mesa de Conversaciones está “buscar a los desaparecidos con las mismas herramientas con que se busca a los secuestrados para rescatarlos vivos”, según Yanette Bautista, líder de víctimas y creadora de la Fundación Nydia Erika Bautista.
“Estamos pidiendo, de todo corazón, que nos tengan en cuenta a todos y que agilicen el procedimiento”, pidió por su parte Carmelina Suárez, cuyo hermano desapareció en Casanare en 2003.
La directora de la Unidad para las Víctimas, Paula Gaviria, agradeció el “trabajo dedicado y riguroso” de las organizaciones para consensuar las sugerencias.
“Con estas recomendaciones, las instituciones del Estado recibimos de ustedes no sólo propuestas técnicas que en adelante orientarán nuestro quehacer en la implementación de los acuerdos de paz sino también (…) aprendizajes sobre la interrelación del Estado con las organizaciones de víctimas”, afirmó.
El 17 de octubre pasado los delegados en Cuba llegaron a un acuerdo sobre medidas humanitarias para la búsqueda de desaparecidos y la creación de una unidad especial con este fin. En ese momento, los negociadores dieron un plazo de cuatro meses para que las víctimas y activistas de Derechos Humanos les enviaran sugerencias al respecto.
“Hemos reforzado el valor histórico que tienen estos espacios”, agregó Gaviria, quien recordó igualmente que la Unidad seguirá “coordinando los espacios necesarios para hacerles parte (a las víctimas) de estos avances”.
En diciembre pasado se produjo la primera entrega masiva de restos de desaparecidos luego del acuerdo de octubre y los familiares de 29 personas, que habían sido sepultadas en su mayoría como NN en cementerios del centro de Colombia, pudieron cerrar su duelo.
Esta semana, decenas de quienes aún no han podido hacerlo, recordaron a los ausentes con velas, rosas y cánticos típicos de distintas zonas del país.
“Allá van las 3 marías subiendo para el calvario… en busca del redentor… que allá lo están enclavando”, reza un “alabao” chocoano que entonaron madres, hijas y hermanas de víctimas.