¡Qué coincidencia! Noticias Uno --el noticiero de fin de semana que dirige Cecilia Orozco- nos trajo a la memoria una información transmitida el 23 diciembre de 2012, rescatada de sus archivos, que a la letra dice: Hace 19 años Bogotá vivió una crisis de basuras muy similar a la actual, pero en esa ocasión el hoy alcalde Gustavo Petro Urrego estaba del lado de quienes pedían la revocatoria del alcalde que, según él, la había provocado por ordenar la liquidación de la EDIS, la empresa distrital de aseo de aquella pretérita época.
Lo mismo de antes. El Alcalde de entonces era el exministro cundiboyacense Jaime Castro Castro, quien asegura que Petro y otros miembros de su grupo político recogieron basura en distintos sectores de la gran metrópoli para arrojarla en la histórica Plaza de Bolívar, en el corazón del perímetro republicano.
En 1993, el burgomaestre Castro propuso liquidar la EDIS, luego de 35 años de prestación de un servicio de recolección de basuras absolutamente ineficiente y deficitario.
Un nido de ratas. El mandatario capitalino argumentó que con esa empresa se malgastaba el presupuesto de Bogotá. “Se liquidó porque se había vuelto un nido de politiquería y de corrupción”, afirmó Castro. La propuesta generó manifestaciones de rechazo de los miembros del sindicato de la EDIS que llevó a la parálisis total de la empresa en el mes de febrero de 1994.
Los trabajadores entraron en paro y dejaron de recoger las toneladas de desechos que genera la capital del país a diario. Y Bogotá vivió una crisis similar, por la acumulación de basuras, a la de esta semana.
Petro y Navarro. El sindicato de la EDIS fue apoyado por el movimiento político Alianza Democrática M-19, que entonces tenía varios de sus integrantes en el Congreso. Entre ellos figuraba el entonces representante a la Cámara Gustavo Petro y el candidato presidencial Antonio Navarro.
El representante Petro lideró la revocatoria del mandato de Castro porque la ciudad quedó prácticamente ahogada en montañas de basuras. Y difundió cerca de 100.000 tarjetones invitando a la ciudadanía a votar contra el alcalde Castro. No obstante, la iniciativa no prosperó porque el Consejo de Estado negó la petición y en cambio el Concejo bogotano autorizó la liquidación de la EDIS.
Vuelve y Juega. Después, Petro como Alcalde Mayor, desbarata el esquema de aseo, contratando a los que lo tenían; pone al honorable empresario William Vélez Sierra en la picota publica, refiriéndose a él injustamente, utilizando los peores adjetivos. Como si fuese poco, consigue carros recolectores de basura cuando ya le había alquilado los mismos a Etesa. Petro, en su omnipotencia, monta a toda velocidad una empresa paralela de aseo y genera pérdidas multimillonarias. Mejor dicho, quiso confundir la política con el arte del engaño, en vez de administrar bien la cosa pública. Por eso ahora evoca y anhela la llamada Primavera Árabe.