No han sido pocas las polémicas que han despertado las posturas del alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, a lo largo de su mandato, que concluye este año, como es el caso de no prestar la plaza de toros, por condenar el maltrato animal; restringir el porte de armas con salvoconducto, para reducir la violencia en la ciudad; construir vivienda para desplazados en barrios estratos seis, por considerar que los sistemas de subsidios no deben depender del estrato social; y entregar dosis mínimas de marihuana a personas adictas en estado de abandono para que dejen el bazuco, en el marco de un tratamiento de autocambio guiado.
Durante la apertura del centro Bakatá en la capital de la República, instalación que fue creada por la Administración Distrital para la atención de más de un millar de habitantes de calle, el Mandatario dijo que “hoy estamos inaugurando este centro, centro de servicios para dormir, para bañarse, para comer, para hacer las necesidades, para encontrar un amigo, una amiga, para pintar un cuadro, para organizarse para el trabajo, para fumarse un bareto si se quiere”.
Estas palabras despertaron una ola de reacciones en las redes sociales, tanto a favor como en contra.
La excandidata presidencial del Partido Conservador, Marta Lucía Ramírez, tuteó que “no hay derecho a que Petro en centro de rehabilitación invite habitantes de la calle a "fumar bareto". Que fume él, sin incitar ciudadanía”.
En tanto que el candidato a la alcaldía de Bogotá en las elecciones de este año por el Centro Democrático, Francisco Santos, trinó que “en Bogotá crece microtráfico, ollas y habitantes de calle. Petro no soluciona de fondo, pero crea centros para seguirlos drogando”.
En similar sentido se manifestó el concejal Marco Fidel Ramírez, de Opción Ciudadana: “Bogotá en manos de los rateros y Petro promoviendo el bareto”.
Frente al problema de la adicción a los estupefacientes en la ciudad el alcalde Petro desde el principio de su mandato ha querido desarrollar una política de atención en salud a esta población, especialmente la que está en la indigencia, en lugar de la represión.
En ese sentido ha planteado la necesidad de establecer en el país centros de consumo controlado por parte del Estado, tal como sucede en varios países europeos, como parte del tratamiento de rehabilitación de los adictos.
Por ello, la Administración Distrital adelanta el programa de los Camad con atención en salud a población adicta vulnerable, sin embargo, sin suministrar dosis mínima de marihuana porque no lo permite la ley.
Tras las críticas que produjeron sus palabras en la inauguración del centro Bakatá, Petro emitió un comunicado en el que aclara que "el paso hacia lo que se llamaría un centro regulado de consumo solo depende de un decreto del Gobierno nacional y de una evaluación en el tiempo para determinar si los indicadores de inseguridad bajan, si los indicadores de salud en la población afectada suben”.