Una niña de ocho años y tres adultos fueron extraídos con vida de entre los escombros de un complejo residencial destruido por un fuerte terremoto en el sur de Taiwán, donde los supervivientes se interrogaban sobre posibles fallos de seguridad.
El sismo de magnitud 6,4 grados que sacudió el sábado la isla causó 37 muertos. La mayoría perecieron al derrumbarse un complejo en la ciudad de Tainan, que comprendía cien viviendas.
Este lunes seguían sepultadas un centenar de personas.
Una niña de ocho años fue sacada de los escombros más de 60 horas después de la catástrofe, comprobaron periodistas de la AFP, que la vieron tumbada en una camilla.
Un hombre de 40 años fue también sacado de entre los cascotes con ayuda de una grúa.
Los servicios de socorro cuentan que trataron durante 20 horas de sacarlo, sin éxito porque su pierna estaba atrapada. Finalmente pudo salir, pero le tuvo que ser amputada.
Igualmente se logró sacar a una mujer de 45 años, a la que los equipos de socorro oyeron gritar. Su estado de salud es estable.
Los socorristas encontraron sin embargo los cadáveres de su marido y su hijo de dos años, y seguían buscando a otros cinco miembros de su familia.
Más tarde fue salvada otra mujer, de 28 años de edad.
Los equipos desplegados, que esperan salvar a más víctimas, se sirven de grúas, excavadoras, perros y diversos equipamientos en busca de rastros de vida. Pero sus esfuerzos se están viendo dificultados por la necesidad de apuntalar unas ruinas muy inestables.
- Continúan búsquedas -
El presidente taiwanés saliente, Ma Ying-jeou, ha prometido que su gobierno hará lo posible para encontrar a todos los supervivientes en "72 horas que son de oro", es decir aquellas tras las cuales es muy difícil encontrar a más gente con vida.
"Seguiremos hasta el último momento. Las 72 horas decisivas para los socorristas son la norma, pero hay muchas excepciones", hizo valer el dirigente tras visitar a los heridos hospitalizados en Tainan.
Entre ellos había una mujer que perdió a su bebé de diez días y a su marido. Sus otros dos hijos están en paradero desconocido.
Los taiwaneses celebraban este lunes, como muchos otros asiáticos, el inicio del Año del mono. En este periodo las familias suelen reunirse, y las autoridades creen que en el edificio derrumbado había más gente de la habitual.
La fiscalía ha abierto una investigación sobre las causas del derrumbe, mientras que los supervivientes, sus familias y la prensa local empezaban a criticar las fallas en materia de seguridad.
La presidenta electa, Tsai Ing-wen, que asumirá el poder en mayo, declaró que el nuevo gabinete hará de la seguridad de los edificios una de sus prioridades.
"En todo Taiwán hay muchos edificios viejos. Se pasará en revista su resistencia a los temblores de tierra y a las demás catástrofes", dijo al visitar a sobrevivientes ingresados en hospitales.
Taiwán está cerca del punto de contacto de dos placas tectónicas, por lo que a menudo se ve afectado por terremotos.