Bajo 10 grados de temperatura, el imponente Boeing 767 de la Fuerza Aérea Colombiana aguardaba por la comitiva nacional que partiría de Bogotá rumbo a la Habana, Cuba, destino que horas después generó la mayor noticia mundial de la historia.
A las 7:00 a. m., del 23 de junio de 2016, el Júpiter despegaba del concreto colombiano con el Presidente Juan Manuel Santos a bordo, así como con altos funcionarios del Estado interesados en el tema de paz, y con 26 periodistas nacionales e internacionales, quienes antes que ir a registrar el histórico momento, compartíamos como compatriotas un solo sentimiento… El comienzo del fin de la guerra en nuestro país.
En la tripulación no solo era uniforme la emoción y la expectativa, también lo era el atuendo, un atuendo que representaba la paz que durante más de 50 años ha sido esquiva en Colombia por causa del conflicto armado y que ha dejado centenares de víctimas e inmenso dolor, un atuendo cuyo color es idéntico al del plumaje de la paloma que vuela representando la libertad, un vuelo blanco, muy contrario del atuendo negro que no se anhela volver a vestir por causa de la guerra.
Tanto el presidente como los altos funcionarios rompieron el protocolo del vuelo y compartieron sus expectativas sobre lo que estaría a punto de ocurrir, “me siento muy emocionada”, le afirmó a EL NUEVO SIGLO Clara Rojas, representante a la Cámara por el Partido Liberal y víctima de las Farc a causa del secuestro, “yo creo que sin duda no esperábamos que fuera tan pronto este anuncio pero a mi realmente me da mucha tranquilidad saber que llegamos al día en que ya no va a haber más confrontación entre unos y otros y para mí lo más importante es que se va generar el proceso de reubicación y de entrega y dejación de armas, como víctima que fui lo que más tranquilidad me deja como seguramente a miles de colombianos, es que las Farc ya no tengan armas a disposición para el servicio de la guerra”, destacó.
Por su parte, el senador David Barguil del partido conservador indicó: “El partido conversador ha venido acompañando esta iniciativa, le ha apostado al éxito del proceso de paz, esto no significa que el partido no pueda expresar sus opiniones, sus críticas, sus preocupaciones, sus recomendaciones, lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo, pero la noticia de hoy es una noticia histórica, es muy importante, el cese bilateral después de 50 años de estar matándonos entre colombianos, además es la antesala, el paso inmediatamente anterior de cara a la firma del acuerdo definitivo. Nosotros como colectividad le apostamos al éxito del proceso, pero queremos una paz duradera, seria, una paz donde opere la justicia”.
Como periodista, cubrir un evento de tal magnitud también representa emoción y por ello Mauricio Orjuela, periodista colombiano consideró que “reportar este hecho tan importante es como cubrir el último mundial de futbol por su trascendencia. hay mucha expectativa porque es sin duda uno de los momentos más importantes que tal vez en 60 años tiene el país y en mis 35 años siempre he visto noticias y siempre es violencia y lo más extraño es que aprendimos de la geografía colombiana a punta de violencia. Eso no debe ocurrir en un país, ojalá las generaciones que vienen en adelante valoren estos esfuerzos que se están haciendo”, señaló.
Cuba era testigo
Al pisar suelo cubano la temperatura había variado considerablemente, 32 grados centígrados y un potente sol le daban la bienvenida a la comitiva que rápidamente descendió del Boeing, rumbo al centro de Convenciones El Laguito. Infinidad de palmeras, la inmensa vegetación y los antiguos carros sobre las avenidas, se podían divisar en aquella isla que permitió que un hecho trascendental se diera única y exclusivamente allí.
De inmediato, unos 5 autobuses blancos se detenían frente al lugar y de allí descendía más prensa extranjera que venía a cubrir el histórico acontecimiento. Chilenos, mexicanos, españoles, argentinos y estadounidenses, entre otros, hacían su registro con similar expectativa que la misma prensa local.
Luego, de una de aquellas rutas comenzaron a descender quienes hacían parte de dicha expectativa: Iván Márquez, Joaquín Gómez y Pablo Catatumbo, junto a otros integrantes del grupo guerrillero ingresaban al recinto sin detenimiento alguno y de manera hermética.
Adentro, el histórico momento estaría a punto de llegar. A las 12:05 p. m., hora cubana, y 11:05 a. m., colombiana, las notas del himno nacional daban apertura a lo que en Cuba, en Colombia y en el resto del mundo estábamos esperando.
Rodolfo Benítez, delegado garante de Cuba brindaría las palabras de apertura del encuentro que ubicó a los protagonistas frente a frente formando un cuadrado, a lo largo del recinto y divididos por un amplio jardín situado en todo el centro del salón, en el que se encontraban los mandatarios de México, Enrique Peña Nieto, Chile, Michel Bachelet y Venezuela, Nicolás Maduro. Posteriormente intervino Dag Nylander, delegado garante de Noruega.
Luego, la atención y el silencio se hicieron más agudos en el recinto cuando a la 1:40 p. m., de Cuba, el presidente de ese país, Raúl Castro realizó la intervención que duró 10 minutos para dar paso al Secretario General de la ONU, Ban ki-moon, quien expresó con un perfecto español el respaldo de su organización dentro del proceso.
Timoleón Jiménez, Timochenco, recitó su discurso hacia la 1:55 p. m., y finalmente, a las 2:14 el presidente Santos cerró la intervención con un claro mensaje: “Hoy se abre un nuevo capítulo que nos devuelve la esperanza porque el niño podrá dedicarse a ser niño y los jóvenes no tendrán más que ir a la guerra. El fin de las hostilidades queda asegurado”, enfatizó.
Acto seguido, un retumbar de aplausos no paraba de sonar dentro del recinto durante la firma del acuerdo, pues se trataba de la consolidación de un proceso que comenzó hace 3 años y medio y que captó la atención mundial, siendo las más de 100 cámaras los primeros testigos de ello.
Comienza una nueva era
Pero quizá el episodio más emotivo, fue cuando a las 2:30 p. m., 1:30 p. m., en Colombia, el presidente de los colombianos, sin titubeos y de manera espontánea, estrechó la mano del líder guerrillero, generando que todos los asistentes se levantaran de sus sillas y haciendo sonar mucho más duro esos aplausos que parecían no acabar.
El momento histórico había llegado, los abrazos entre los espectadores eran inevitables y la prensa muy atenta escribía y reportaba la noticia más esperada. “A mí me ha parecido histórico. Creo que yo viviendo de un país como España con tantos años de terrorismo de ETA, que se ha dado a este punto cuando en mi país no ha sucedido, y que las Farc deje de ser un grupo armado para empezar a hacer un organismo político, me parece histórico y muy emocionante”, destacó Ana Matos, periodista de El País de España.
“Todos los presidentes coinciden que es un gran paso para América Latina y más para Colombia que después de tantos años se logre este acuerdo. Podrá sonar un tanto extraño que estén reunidos después de tantas tragedias, pero lo percibo como concordia y camaradería”, afirmó Francisco Martínez, reportero de la agencia mexicana Notimex.
Por su parte, Alex Ibañez, fotógrafo de la presidencia de Chile consideró el hecho como histórico: “Histórico, esto va a ser una sola vez en la vida, estar aquí plasmando la imagen como fotógrafo”.
Lo que viene
Monseñor Rubén Darío Salazar invitó al pueblo colombiano a tener confianza y esperanza, “pensemos que somos capaces de vivir en una sociedad diferente, con paz. Queda un trabajo inmenso que es con las bandas criminales y todos los residuos del paramilitarismo”.
Rodrigo Granda, miembro del secretariado de las Farc, sencillamente afirmó que “por ahora uno sueña con la paz para Colombia. Con las garantías de seguridad fuimos bastante estrictos para que se cumplan”.
Finalmente, Bachelet, presidenta de Chile dijo, “es muy emocionante por mi edad, yo hace tiempo que conozco el conflicto y queremos a todo el continente libre de conflictos. Qué bueno decir que Colombia da el ejemplo y que si se puede, Chile sigue al lado de ustedes”. Concluyó.