SIN EL clásico bagaje de muchos políticos británicos ya que no proviene de una familia política o adinerada ni estudios en colegios privados y mucho menos título de Cambridge o en Oxford, sino todo lo contrario, de origen humilde y formado en la educación pública, Sadiq Khan rompió todos los paradigmas al ganar la alcaldía de Londres.
Este líder laborista, de 45 años, hijo de paquistaníes y confesión musulmana es desde el viernes la nueva cara de la City. Un amplio respaldo en las urnas lo convirtieron en el primer musulmán que gobernará una gran capital europea.
Se siente orgulloso pero sobre todo agradecido por su formación académica, base de su salto, hoy exitoso a la política. Así lo expresó cuando recibió el aval del laborismo para su candidatura, la cual dijo “nunca imaginé”.
Khan fue a un liceo público de su barrio en el norte de Londres y estudió derecho en la Universidad North London, una educación gratuita por la que expresa eterna gratitud.
"Se lo debo todo a Londres", no se cansa de repetir.
Sadiq Khan nació en 1970 en una familia paquistaní recién llegada al Reino Unido. Creció en un barrio de viviendas sociales de Tooting, un área popular del sur de Londres, con sus seis hermanos y una hermana. Su padre era conductor de autobús y su madre costurera.
Cuando iba a la escuela, quería ser médico, dentista. Pero uno de sus profesores observó su don con la oratoria y le orientó hacia los estudios de derecho. Le hizo caso, se especializó en derechos humanos y presidió durante tres años la ONG Liberty.
Aparte de con libros, Khan supo defenderse con los puños y de pequeño hizo boxeo para enfrentarse a quienes le llamaran "paki", el término peyorativo para referirse a los paquistaníes.
A los 15 años se afilió al Partido Laborista y en 1994, a los 23 años, logró su primer cargo, concejal municipal en Wandsworth, un barrio del sur de Londres, que ejerció hasta 2006.
En 2005 abandonó su carrera de abogado para ser elegido diputado por Tooting, una circunscripción del sur de Londres, donde todavía vive con su esposa Saadiya, también abogada, y sus dos hijas adolescentes.
Tres años después, Gordon Brown le ofreció el ministerio a cargo de las comunidades, y al año siguiente el de Transportes. Fue el primer musulmán en ocupar un puesto de ministro.
Con su 1,65 m de altura y su cabello canoso, pero intacto, Khan es conocido por su energía y su voluntad de hierro.
Su victoria en las primarias laboristas para ser el candidato a la alcaldía, ante Tessa Jowell, que formó parte del equipo del gobierno responsable de los Juegos Olímpicos de Londres-2012, sorprendió a muchos, pero no a su entorno.
"No pierde nunca", dijo uno de sus consejeros al medio de comunicación Político.
El año pasado, y bajo su responsabilidad, el Partido Laborista mejoró en Londres sus resultados en las legislativas mientras se hundía en el resto del país.
Fue él quien dirigió la campaña con la que Ed Miliband ganó contra todo pronóstico el liderazgo del partido a su hermano David.
En la campaña por la alcaldía de Londres, sus rivales políticos trataron de explotar el factor religioso en su contra, a lo cual con mucha calma y fundamento contestaba que siempre denunció a los radicales y que fue amenazado, en varias ocasiones, por defender el matrimonio homosexual.
Su victoria fue contundente: se impuso por 1.310.143 votos contra 994.614 de su principal rival, el conservador multimillonario Zac Goldsmith, casado con una Rotschild y cuyo perfil estaba en las antípodas del laborista.
"Estoy muy orgulloso de que Londres haya escogido hoy la esperanza al miedo, y la unidad a la división". Esas fueron sus primeras palabras el viernes en la noche como alcalde electo en el ayuntamiento de la capital y a renglón seguido se comprometió a ser el "alcalde de todos los londinenses".
La victoria de Khan fue el hecho más destacado de las elecciones municipales y regionales realizadas el jueves, pero cuyos resultaron se conocieron el viernes, del jueves, seguido por la pérdida de la mayoría absoluta de los independentistas escoceses y el debate en torno al líder laborista Jeremy Corbyn, cuyo primer test electoral no despejó todas las dudas.
Fue precisamente Corbyn el primero en sacar rédito político de ese triunfo y también el primero en felicitarlo. Después le llovieron los mensajes, muchos en su país pero también del exterior, como el que le envió el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
A la par, muchos musulmanes londinenses expresaron su satisfacción por la elección de uno de sus correligionarios y auguraron que su elección ayude a la concordia y entendimiento político en la ciudad.
"Estamos tan contentos y orgullosos", dijo Malik Ahmed, que trabaja en uno de los restaurantes favoritos de Khan, el Lahore Karahi, en su barrio de Tooting.
"Es tan buen hombre y ha ayudado a tanta gente. Si tienes un problema sólo hay que enviarle un e-mail", añadió Ahmed en este establecimiento de aspecto modesto en el que reinaban unos deliciosos aromas de especias.
"¡Sadiq Khan zinda baad!", "¡bien hecho, Sadiq Khan!", exclamaron en urdu algunos clientes al anunciarse la victoria.
En el mercado de Whitechapel, popular zona del East End de Londres, Nell Syde votó por el laborista. "Me gusta pensar que (su elección) va a cambiar la imagen de los musulmanes porque lo necesitamos, espero que sí", afirmó esta musulmana vestida a la occidental entre los puestos del mercado del barrio.
Pero sobre todo, "creo que entiende mejor a las personas" que el que fue su principal rival en las elecciones del jueves, el conservador Zac Goldsmith. Además, "sabrá explicar mejor a los no musulmanes los problemas" del islam y el extremismo.
Para Sabiha Choudhary, que llevaba una túnica negra y un velo verde, Sadiq Khan, al que también votó, "no sólo ayudará a los musulmanes, sino a todas las comunidades".
En resumen, "las cosas mejorarán para las personas que no tienen tanto dinero", explicó Choudhary .
"Lo elegí en primer lugar porque es laborista. Los laboristas siempre nos ayudaron, particularmente con las leyes de inmigración", dijo, en una parada vecina, Fahim Ahmed, un vendedor de telas de Bangladés de 35 años.
Según el censo de 2011, Londres tiene un 12,4% de musulmanes, un 48,4% de cristianos (católicos, protestantes, anglicanos), un 20,7% de personas sin religión y un 1,8% de judíos.
En las legislativas de 2015, 13 musulmanes, ocho de ellos mujeres, ganaron uno de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes.
A imagen de la capital, la comunidad musulmana es muy diversa, con miembros de todos los niveles socioeconómicos y varios perfiles, desde tradicionalistas a jóvenes homosexuales, pasando por banqueros de la City o actores del West End. /EL NUEVO SIGLO con AFP