Por Catherine Nieto Morantes
Periodista EL NUEVO SIGLO
CRÓNICA.Una alfombra morada, paredes negras, techo blanco con lámparas similares a un platillo volador y 169 sillas conforman la sala de la Cinemateca Distrital en Bogotá, la cual se ubica en la carrera 7ª entre calles 22 y 23, en el centro de la ciudad.
En uno de los costados del emblemático teatro Jorge Eliécer Gaitán, unas llamativas puertas y ventanas en color dorado llaman la atención de los transeúntes, quienes al detenerse encuentran una amplia cartelera con programación de 48 películas, clasificadas para la proyección durante una semana, en la que cada día y cada hora hay una opción diferente para adentrarse en este mundo fílmico, siendo el primero para muchas personas por la accesibilidad.
La cinemateca, existente desde 1971, siempre ha tenido un sello para la línea de circulación por ser una sala de cine pública, que también tiene unos propósitos fundamentales como el de la preservación del archivo audiovisual del país, convirtiéndose a la vez en un museo.
Giovanna Segovia, asesora misional de la Cinemateca Distrital, conversó con EL NUEVO SIGLO sobre la experiencia de ser quienes brinden el primer acercamiento de un habitante de la capital con el cine, “somos una sala de cine que trabajamos los 365 días del año, tenemos 4 funciones, 12:30 p. m., 3:00 p. m., 5:00 p. m. y 7:00 p. m., de domingo a domingo, nuestros valores son muy económicos porque somos subsidiados y es una sala de cine pública. Para estudiantes y adultos mayores es a $2.000 y para interesados y cinéfilos a $2.500. Nuestra programación también tiene un sello de reflejar todas las cinematografías del mundo y darle un lugar muy especial al cine bogotano y colombiano”.
Dentro de la programación se puede ver el estreno de un corto que se produjo en una localidad o el de una película colombiana, o cine ruso, francés y latinoamericano. La Cinemateca posee una oferta de tener películas que permitan que la gente conozca esos otros cines, dándole un lugar al cine regional.
Cine Rodante
Dentro de los programas de la entidad, se destacan estrategias de descentralización territoriales, las cuales llegan a las 20 localidades de Bogotá, a través de 4 ejes de trabajo que Segovia nos explica: “Lo primero es el patrimonio, porque como cinemateca tenemos un propósito de preservar y cuidar nuestra memoria, entonces tenemos un programa que se llama videoteca local. Allí se convocan esas producciones audiovisuales que se hacen en la localidad con la gente de cada barrio, ellos nos las donan y las tenemos para consulta general y además se hace una publicación audiovisual donde le permitimos circular esas imágenes locales”.
Dichos ejes no solamente se basan en proyectar películas en una sala de cine, el segundo y uno de los más importantes, se basa en la formación: “el 21 de abril a las 5:00 p. m., se presentará en la cinemateca cómo se va a trabajar en los barrios este año, con talleres de producción audiovisual, animación, de emprendimiento, todos totalmente gratis y suceden en los barrios. Ese día vamos a contar los mecanismos de inscripción, por lo regular tenemos un enlace web donde la gente responde unas preguntas porque necesitamos que nos cuenten la idea que quiera que se convierta en película, o si es de emprendimiento qué tipo de organización es, el tipo de trabajo que se está desarrollando alrededor de lo audiovisual y si es de animación, también queremos saber si tienen antecedentes o es su primera vez. Cuando alguien llega a un taller de cinemateca rodante, perfectamente se puede encontrar con un chico de 13 años de una universidad, un adulto mayor de 86, un ama de casa, un cineasta, un arquitecto. Nuestros talleres son para que los ciudadanos se aproximen al lenguaje”.
De este mismo trabajo realizado en 2015, quedaron para disposición del lugar 5 cajas grandes de películas con alrededor de 300 materiales audiovisuales de las 20 localidades.
Como tercer eje, los habitantes de Bogotá que quieran integrar el mundo del cine, pueden emprender un proyecto, “sabemos que más allá de llegar con nuestro taller, lo que está sucediendo es que la gente después de hacer parte de cinemateca rodante crea colectivos, multiplica el proceso, le enseña a otros, hace gestión en la Alcaldía para hacer más películas, por ello queremos ofrecer un taller para fortalecer su organización y aquellos que ya vienen trabajando puedan contemperarlo como un proyecto de vida sostenible”, afirma Giovanna.
Lo último y lo más trascendental tiene que ver con la circulación, donde finalmente el trabajo realizado con tanto empeño será proyectado: “tenemos varios frentes que son salas asociadas, que es un programa en el que se apoya a todos los cineclubes que existen en la ciudad, cerca de 200 organizaciones inscritas que exhiben de manera autónoma películas. Se les comparte mensualmente material audiovisual con los derechos pagos para que ellos puedan exhibirlo respetando los derechos de autor y no solamente lo que tenemos en la cinemateca sino de directores que vienen en busca de ayuda y se proyectan en festivales”.
Aunque la Cinemateca puede ser la primera experiencia para muchas personas, como en ese momento que varios jóvenes entusiasmados exploraban la sala y la biblioteca (becma) que allí mismo funciona, existen otras opciones que a través de esta entidad se ofrecen para personas de escasos recursos que no puedan desplazarse hasta el centro, conocido como salas asociadas.
“Se comparten las películas de manera paralela en los barrios, un poco descentralizando la oferta, según una programación. Ejemplo, si quiero ver La cerca, la puedo ver en la Biblioteca Popular en Usme, o en el colegio Gabriel García Márquez de allá mismo, en Unitec en Chapinero, en la Casa de la Juventud de Ciudad Bolívar, Casa de la Mujer, Teusaquillo, Santa fe, La Candelaria, Suba, Sumapaz y absolutamente cada localidad, según una programación que puede consultarse ya sea en Internet o en la localidad y por esto a la gente que le interesa ver películas puede tener una opción cerca a su casa sin costo”, resalta Segovia.
El turismo internacional también acude a este punto a conocer del patrimonio fílmico, que en las bodegas de la Cinemateca Distrital alberga cerca de 500 latas de 35 y 16 milímetros de cine internacional.
La función no dura más de dos horas, pero enriquece demasiado y para muchos cumple sueños, como públicos específicos tales como estudiantes de colegio, adultos mayores, habitantes de calle censados a alguna asociación y primera infancia, como la sala rayito para niños desde la gestación hasta los 5 años. Así mismo y según la Ley del Cine, cada dinero recaudado sirve como opción para nuevos talentos que quieran trabajar en la industria cinematográfica.