Un gobierno excluyente | El Nuevo Siglo
Jueves, 22 de Septiembre de 2011

La unanimidad nacional reventó la cincha por donde menos se esperaba, el fórceps por parte del Presidente Santos, al pretender imponer un gobierno excluyente en donde la mayoría la componen diez ministros bogotanos de su entorno social, desconociendo el equilibrio de poderes, mejor dicho, pasando por encima de la Constitución, dejando el país sin oposición y ahogando las voces disidentes.
El segundo. Santos creó las condiciones propicias para su segundo de a bordo como vocero de la otra Colombia y elegido con los mismos votos y el programa que llevaron a Santos al primer empleo de la Nación. Garzón asumió ya la vocería del poder popular que han sido incapaces de controlar las vertientes representadas en el Congreso, que dejándose halagar por las mieles del poder en un acto de arribismo y felonía política, se hincaron sumisos frente al becerro burocrático, ante el espejismo que les ofrece el nuevo amo que súbitamente resultó gobernando con los opositores a su elección, utilizando los votos que lo eligieron para entregarse a sus opositores minoritarios. Angelino demuestra con su posición que no es un hombre de la calle.
Fami-empresa electoral. Curándose en salud para evitar un escándalo, el Polo procedió a la aplicación de una tardía medida profiláctica ante la metástasis que viene provocando el cáncer de la corrupción. Decidieron extirpar tardíamente el sarcoma de la familia Moreno, tirando por el despeñadero de la ignominia al alcalde Samuel Moreno, a quien la Fiscalía señaló como un peligro para la sociedad, por ser copartícipe con su hermano Iván del más grande descalabro de que se tenga noticia en los anales de la Nación, cuando en asocio de contratistas perpetraron el asalto a las arcas del Distrito Capital.
La familia es recordada en “Sendas” ocasiones como hace 60 años el teniente general Rojas Pinilla fue sacado a sombrerazos por la puerta de atrás; luego fue Bucaramanga cuando ante los ojos de la ‘Ciudad Bonita’ incendiaron los archivos que comprometían a Iván el terrible, cuando ejercía como alcalde; ahora este viernes le toca el turno a la Justicia.
Censura. Un estudio publicado por Arcadia sobre la censura que se ejerció en España contra las novelas colombianas muestra que El bazar de los idiotas, de Gardeazabal, fue prohibido en su circulación por Destino de Barcelona en 1973 porque era una novela "desvergonzada, llena de actitudes indignas contra la iglesia católica que no debe ser publicada porque es como echar al ambiente más porquería, irreligiosidad y guasa de las cosas santas". Dice también el artículo escrito luego de estudiar los archivos de la censura española que ni siquiera surtió efecto una carta de Belisario Betancur, embajador en España, para que a finales de 1975, tras la muerte de Franco, la pudiera publicar Plaza y Janés. La prohibieron.
El bazar de los idiotas fue publicado en Colombia por Plaza y Janés, llevada a la televisión por Marta Bossio en Caracol y acaba de salir una nueva edición del libro en Panamericana.