Muchas son las dudas que genera, en torno a los beneficios, un partido como el disputado ayer por la Selección de Colombia ante la débil Bahréin y que, como era de suponerse, terminó con goleada de 6-0 y sin ninguna exigencia para los dirigidos por José Pekerman.
Si se quería saber cómo funcionaba la remozada defensa, en la que del Mundial de Brasil no hubo uno solo, o el mediocampo o la delantera, pues el cotejo no sirvió de mucho porque Bocanegra, Franco, Murillo y Andrade nunca fueron exigidos; el mediocampo tuvo 90 minutos tranquilos en los que no les presentó ninguna dificultad recuperar el balón y la delantera se recreó haciendo goles.
Fue un paseo o, un simple entrenamiento, aunque en estos normalmente los suplentes “meten fuerte” para demostrar que tienen ganas y que merecen una oportunidad, cosa que ayer no ocurrió porque lo que se vio fue a 11 jugadores corriendo detrás de sus rivales y pare de contar.
El juego amistoso, disputado en el estadio Nacional de Riffa, le dejó unos 500 mil dólares en utilidades a la Federación Colombiana de Fútbol, pero ¿a la Selección qué?
Se podría decir que sirvió para que el artillero Falcao García se reencontrara con el gol, fue aplaudido y considerado la gran figura, factor que de seguro le dará confianza de cara al futuro, pero de ahí para allá tocaría leer los apuntes del técnico Pekerman para saber si le encontró algún beneficio.
O si, tal vez lo haya, y es que con este partido y el del lunes ante Kuwait, Colombia se ratificará en el tercer puesto del ranquin de la FIFA.
Los goles colombianos llegaron a través del goleador de Sevilla Carlos Bacca (14), Falcao García (32 y 35), Adrián Ramos (58), Johan Mojica (78) y Andrés Rentería (81).
El juego fue tranquilo, limpio y con una gran superioridad de Colombia, evidenciando que Bahréin está muy lejos de un nivel competitivo y que, contrario a lo sucedido con el combinado patrio, sí puede sacar bastante provecho por aquello del roce, de la experiencia y de asimilar las derrotas.
El equipo de Pekerman apostó a lo que siempre ha hecho: tocar balón y a buscar al goleador Falcao García, quien fue el eje y el objetivo de la mayoría de los ataques colombianos.
El primer gol llegó precisamente en una jugada en que el volante del Porto Juan Fernando Quintero centró a la cabeza de Falcao, quien bajó el balón al corazón del área para que Bacca fusilara de pierna derecha al portero Abbas.
El equipo rojo buscó desmontar una línea defensiva con gran densidad en el medio campo y trató de salir con pelotazos frontales, fácilmente controlados por los zagueros colombianos.
Por momentos el equipo colombiano pareció más en un entrenamiento, pues no se exigió a fondo para aumentar el marcador, mientras que los dirigidos por Marjan Eid, trataron de aproximarse al arco de David Ospina pero sin gran convicción y con poca claridad.
Para la segunda mitad, el cuadro del reino de Bahréin trató de jugar con las líneas más adelantadas, mientras que los dirigidos por el argentino Pekerman esperaron tranquilos y en cada recuperación de balón apostaron a la velocidad del delantero Adrián Ramos, quien jugando por el costado izquierdo penetró fácilmente la zona defensiva del conjunto bareiní.
Además de darle confianza a su goleador, Pekerman, quien advirtió antes del partido que lo importante era juntar al grupo, utilizó a varios de los jóvenes convocados, especialmente en la línea defensiva en la que aparecieron Daniel Bocanegra, Pedro Franco, Óscar Murillo y Darwin Andrade.
Fue un amistoso en que los cafeteros apostaron a la renovación de cara a la Copa América Chile-2015, mientras que Bahréin evidenció por qué es el combinado 104 en el ranquin de la FIFA.
Partido sin novedades, con un resultado que no extraña y que pudo ser mayor, pero a futuro habría que reconsiderar si por ganarse unos dólares vale la pena enfrentar a rivales tan frágiles, que poco o nada aportan.
Es cierto, Pekerman necesita que jugadores que perdieron la confianza -caso Falcao- o que no son titulares en sus equipos sumen minutos, tomen ritmo de cara a la Copa América, pero además habría que adicionársele un poco más de exigencia, que por lo menos sirvan para probar al arquero y a la defensa.
Falcao García regresó con goles a la Selección Colombia, pero ante un rival que no representó ninguna exigencia.