Como un duchazo de agua fría en una madrugada siberiana se recibió en predios uribistas la declaración que le formuló la ministra de Vivienda Beatriz Uribe al diario El Espectador, a propósito de las ayudas que el Gobierno repartirá para los colombianos sin recursos que desean tener techo propio.
A la pregunta de si habrá subsidios de vivienda, la funcionaria respondió: “Sí, pero para los pobres”. La frase se interpretó como una salida completamente descomedida, cargada de veneno, para con el ex presidente Uribe y el ex ministro Andrés Felipe Arias, sus jefes y mentores en el pasado reciente, cuando se le consideraba “la niña mimada del régimen” y la apodaban “La Uribita” en las altas esferas.
¿Actitud desesperada? En círculos parlamentarios La Barca encontró esta explicación a la conducta de la señora Uribe: “Puede tratarse, ni más ni menos, de una actitud desesperada de su parte, ante la posibilidad de que el ex candidato a la alcaldía bogotana Enrique Peñalosa pueda ser designado ministro de Vivienda”.
No olvidemos que la ministra pereirana gerenció la campaña de Arias cuando intentó alcanzar la candidatura conservadora a la Presidencia de la República, en la que fue derrotado por la ex canciller Noemí Sanín. Y en su condición de cabeza principal del proyecto político del ex ministro convocaba a reuniones a todo el equipo de inmediatos asesores.
Suspicacia pastranista. El director del desaparecido diario La Prensa, Juan Carlos Pastrana, desparramó suspicacia en un correo dirigido al barquero, a propósito de la aparición en el tendido de sombra de la plaza La Macarena de Medellín del procurador Alejandro Ordóñez, episodio que se interpretó como la búsqueda de un acercamiento del alto funcionario con los defensores de la fiesta de los toros, ante la posibilidad de una futura candidatura presidencial:
Hola Barquero: ¿Por qué se habrá espantado Ordóñez (Alejandro) con el berrendo Salazar (el senador Rubén Darío Salazar) -DNE/Notaría- antes de siquiera darle un capotazo? ¿Será porque ha sido el padrino de su candidatura?
Chascarrillos. Son dos. El primero tiene que ver con el pleito alrededor de la legitimidad de la nueva Dirección Nacional Liberal, en cabeza del delfín Simón Gaviria, jefatura única que demandó ante el Consejo Electoral el ex presidente Samper y que será dirimida en próximos días:
“En la Constituyente Liberal ocurrió un hecho inédito que contradice la historia: no fue Judas el que traicionó a Samper sino el propio Cristo”. (Entiéndase el senador Juan Fernando, el de Cúcuta). Sin comentarios…
El otro chascarrillo: Cuando se pretende revivir el tema de la reelección del ex presidente Uribe: “Pretender hablar de la reelección de Uribe es como querer remendar un paracaídas en el aire”.
Esto último con base en un comentario de La W, según el cual se está considerando la posibilidad de que Uribe sea candidato vicepresidencial de Oscar Iván Zuluaga, si el Partido de la U aprueba la dupleta para las elecciones presidenciales de 2014.