Un desaguisado presidencial. | El Nuevo Siglo
Lunes, 3 de Octubre de 2011

 

Como reza el viejo adagio paisa, “por ponerla María Ramos, la pusimos…”. 
El presidente Santos, en un acto oficial, propio de su agenda y como si estuviera en plena campaña reeleccionista, hizo lo que le estaría permitido a cualquiera de los cuarenta y cinco millones de colombianos, menos a su primer mandatario: Recordarle su pasado subversivo, en sus propios predios, a un gobernador en ejercicio, elegido -como él- por voto popular y quien llegó a la Constituyente gracias a su regreso a la vida civil y luego liderara los acuerdos de paz que dieron origen a la reinserción con indulto y amnistía de un movimiento alzado en armas.
Socarronamente, el Presidente le rayó las espuelas a Navarro Wolff por sus antecedentes guerrilleros y alcanzó a decirle que los soldados de la patria, allí presentes, habrían podido darlo de baja, algo que no tiene explicación. Este desliz solo lo puede tener alguien que se encuentre de visita en Colombia, después de muchos años de ausencia.
El flamante automóvil. En los últimos días algunos medios se ocuparon del lujosísimo carro que el doctor Palacino tenía a su servicio en Saludcoop. Dijeron que podría valer unos 500 millones y que era él, directamente el presidente y emperador de Saludcoop, quien lo manejaba y que sería subastado o vendido en los próximos días.
Nos encantaría saber si es cierto que el mismo día de la intervención de Saludcoop, el interventor designado por el Gobierno no solo se sentó en el trono de Palacino sino que quiso utilizar el mismo BMW de los 500 millones. El barquero supo que aquel día podría haber ocurrido un accidente con este carro bajo la intervención del Gobierno. Valdría la pena que nos contaran si realmente ocurrió o no.
Promesas de cumbiambera. A raíz de la intervención de Saludcoop, el Gobierno se comprometió a que en octubre pagaría las cuentas que acusaran más de 60 días de antigüedad. El tiempo pasa y las cuentas crecen. No parece posible que se cumpla esta promesa que, con muy buena voluntad, pero con poca realidad, hicieron los portavoces del Gobierno en el momento de la intervención.
El otro carrusel. A propósito: hablando del carrusel de la salud, recordemos que nos dijeron que ese "tumbao" llegaría a más de 4,5 billones de pesos. Quería eso decir que todo lo que se había pagado y todo lo que las EPS habían cobrado hacía parte de una enorme estafa de las EPS. Contrasta con esta información la noticia recientemente aparecida sobre la solicitud que hizo el Gobierno a la Procuraduría para que acompañara la conciliación sobre cerca de 150 mil millones de pesos en unos “recobros" de la Nueva EPS.
¿Qué pasaría si después de anunciar e incluso allanar a la nueva EPS, deciden conciliar y pagar? ¿No será este el primer indicio sobre la enorme equivocación que tuvieron al anunciar un “tumbao” que no han podido demostrar?