La Comisión Europea "discrepa totalmente" con algunos puntos fundamentales del informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el primer rescate a Grecia (2010), volviéndose a enfrentar a la institución con sede en Washington.
"Estamos en total desacuerdo con la idea de que no se hicieron los esfuerzos necesarios para identificar las reformas estructurales e impulsar el crecimiento", dijo el portavoz comunitario, Simon O'Connor.
El FMI admite en su informe importantes errores en 2010 pero también culpa de ellos a sus socios griegos y europeos, asegurando que no estaban preparados para la crisis y las difíciles decisiones que había que tomar. Entre las críticas, el análisis menciona la resistencia de los países de la zona euro a que la quita de deuda pública en manos de inversores privados no se aplicase antes.
El FMI admite que había problemas de coordinación con Bruselas y el BCE sobre ese primer rescate por 110.000 millones de euros.
A la Comisión le preocupaban más los problemas europeos que la propia situación griega, según el informe.
El FMI participó en ese rescate junto con la Unión Europea (UE) y el Banco Central Europeo (BCE), el grupo conocido como la 'Troika', y cuando éste fracasó, volvió a participar en 2012.
El segundo rescate implicó una quita de 100.000 millones de euros de la deuda contraída con los acreedores del sector privado.
En lo que calificó como una "reacción muy preliminar", O'Connor aseguró que el objetivo del rescate griego de 2010 era estabilizar la economía y el sistema financiero para "garantizar la permanencia de Grecia en la zona euro".
De todas maneras, la CE consideró que el informe publicado por el FMI no es oficial, y que "ha sido realizado por técnicos".
"Una de las cosas buenas de este informe del FMI es que no critica al BCE", bromeó el jefe de la institución, el italiano Mario Draghi.
"Si este informe identifica los fallos, tendremos que tenerlo en cuenta en el futuro. Pero si juzgas las cosas del pasado con los ojos de ahora... no podemos olvidar el momento cuando se discutían estos ajustes, el miedo al contagio, la volatilidad... Más que mirar atrás, ¿por qué no miramos adelante y vemos las cosas positivas?", se interrogó Draghi.
Esta no es la primera vez que el FMI y la CE discrepan en sus análisis o mea culpa: a comienzos de año el economista jefe del Fondo, Olivier Blanchard, afirmó (en un informe elaborado conjuntamente con Daniel Leigh) que los pronósticos del FMI subestimaron el impacto de la austeridad en los países europeos.
Es decir, que a la postre la austeridad había agravado la recesión más de lo previsto. En ese caso el informe tampoco reflejaba la posición oficial del FMI.
Uno de los momentos de mayor tensión entre el FMI y la UE quedó reflejado durante el polémico rescate a Chipre sellado en marzo.
La troika fue muy criticada por su gestión del rescate de 17.000 millones de euros a Chipre, equivalente al PIB de la isla, que en un primer momento preveía gravar a los depositantes de menos de 100.000 euros, lo que es ilegal según la garantía de depósitos europea.
El acuerdo fue rechazado por el Parlamento chipriota, dejando en evidencia la falta de coordinación entre la troika y las autoridades de la isla.
El Eurogrupo debió aprobar un segundo plan de rescate para el país, que prevé que las pérdidas las asuman los depositantes con más de 100.000 euros, accionistas y tenedores de deuda júnior y sénior.
Las diferencias entre el FMI, que contribuirá con 1.000 millones de euros al rescate, y los europeos, hicieron pensar en un fin de la troika para los futuros rescates.
Así lo planteó el BCE. "En un futuro a más largo plazo, pienso que deberíamos volver a un sistema pleno de la UE ", señaló Jörg Asmussen, miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE).
Ese momento llegará "una vez que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ndlr: MEDE) sea una institución plena de la UE", dijo.
Pero una fuente europea destacó este jueves que eso no es una opción, de momento.
"Eso es una opción a explorar en el futuro, habría que ver cómo evolucionan las cosas", dijo.
"Pero no ahora, cuando tenemos planes de rescate en curso ni en el futuro cercano", en caso de que otro país europeo necesite asistencia financiera, concluyó.