Ecuador y la UE retomarán después de cuatro años la negociación para un acuerdo económico que en principio restringiría el libre comercio, y con varios temas vedados por Quito que interesan a los europeos.
El gobierno ecuatoriano, que se apartó del Tratado de Libre Comercio (TLC) que negociaron sus vecinos Perú y Colombia con los europeos, ya en vigor, regresará hoy a la mesa de conversaciones en Bruselas tras una larga pausa. Quito había congelado los diálogos en 2009 por un litigio con el banano que fue resuelto.
Duro crítico del libre comercio, el presidente izquierdista Rafael Correa intentará ahora que los europeos acepten en los próximos meses un acuerdo diferente del TLC suscrito con Perú y Colombia, y que sustituya el sistema de preferencias arancelarias que expirará a finales de este año.
"Ecuador ya no califica dentro de los estándares europeos para recibir esos beneficios porque ha pasado a de ser un país de renta media-baja a media-alta, por lo que la previsión es que en 2015 ya no vamos a tener esas preferencias", dijo a la AFP Roberto Aspiazu, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano.
Sin esas ayudas -agregó- el "atún ecuatoriano tendría que pagar un arancel del 22%, perdiendo competitividad, que es el caso más grave, además de las flores. Los aranceles anuales comunitarios llegan a 450 millones de dólares".
El año pasado, Ecuador renunció a una parte de las preferencias arancelarias que le concedía Estados Unidos -su principal socio comercial- por discrepancias políticas, y compensó a los exportadores por la pérdida de esos beneficios, que alcanzaban los 23 millones de dólares anuales.
Con los europeos, en cambio, el perjuicio económico sería muy alto. Sin embargo, Correa asegura que no negociará a cualquier precio y ha fijado unas "líneas rojas" que difícilmente serán aceptadas por completo por los europeos, señalan analistas.
"Creo que serán negociaciones difíciles sin ninguna duda, porque tampoco hay un consenso en Ecuador ni entre los países miembros de la UE sobre la necesidad de ese acuerdo", dijo a la AFP Wolf Grabendorff, politólogo alemán y exdirector del Instituto de Relaciones Europeo- Latinoamericanas.
Después de América Latina, el bloque europeo es el segundo destino de las exportaciones no petroleras de Ecuador, el socio más pequeño de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). De enero a octubre de 2013, Ecuador exportó por 2.553 millones de dólares e importó por 2.569 millones, según el Banco Central.
"Temas sensibles"
Correa estableció barreras que considera infranqueables en la negociación del llamado acuerdo "multipartes" con la UE, como en compras públicas, un sector que mueve 10.000 millones de dólares al año, y que beneficia a pequeñas y medianas empresas ecuatorianas.
Si cede en ese punto, el gobierno se vería obligado a comprar a industrias europeas los mismos productos que fabrican las locales, según el mandatario.
También ha puesto un cerrojo a parte del sector agrícola y de lácteos, y al impuesto a la salida de capitales, un tributo considerado vital por el gobierno para blindar la dolarizada economía ecuatoriana ante la imposibilidad de depreciar la moneda en caso de turbulencias cambiarias.
"Las negociaciones tienen que considerar la posibilidad de establecer cuando menos una salvaguardia cambiaria que permita defender los intereses de los productores ecuatorianos", indicó Carlos Carrasco, director del Servicio Nacional de Rentas Internas, al diario El Telégrafo.
¿Aceptarán los europeos esas condiciones? "No creo que en su totalidad, creo que las líneas rojas también son parte de la negociación (...) Hay cierta voluntad, pero una voluntad bastante restringida de Bruselas de aceptar que hay diferencias" entre Ecuador y sus vecinos, Colombia y Perú, afirmó Grabendorff./AFP