LOS LÍDERES de la Unión Europea reunidos en Bruselas tendieron la mano a una primera ministra británica, Theresa May, bajo presión en el Reino Unido para impulsar las negociaciones del Brexit.
"Los rumores sobre un bloqueo entre la UE y Reino Unido son exagerados", indicó en rueda de prensa el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al término de una cumbre de dos días en la capital belga.
Los británicos deben abandonar el bloque a fines de marzo de 2019 y, tras cinco rondas y cuatro meses de negociación, las discusiones de divorcio están trabadas en asuntos prioritarios para la UE como la factura a pagar por Londres.
Y los 27 exigen "progresos suficientes" en este tema prioritario, además de en la cuestión de Irlanda del Norte y de garantizar los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido, antes de discutir la futura relación, como pide Londres.
May presiona para abrir rápidamente esa segunda fase, que abordaría un eventual período de transición de dos años tras la consumación del Brexit, así como un acuerdo de libre comercio a ambos lados del Canal de la Mancha.
En un gesto hacia su par británica, cuestionada en el seno de su Partido Conservador, los líderes aceptaron abrir "discusiones preparatorias internas" entre los 27 para preparar la futura relación con Reino Unido.
"May pidió un gesto, hicimos un gesto", comentó una fuente diplomática, después que los líderes aplazaran, en cambio, a diciembre su evaluación sobre los eventuales progresos y su decisión sobre si abrir la segunda fase de la discusión.
Esto permitirá "ganar tiempo", aseguró una fuente europea, si bien los mandatarios de la UE ya advirtieron a May contra dormirse en los laureles porque "las cosas tienen que ser más concretas en las semanas previas a diciembre", en palabras del holandés Mark Rutte.
Por su parte, la jefa del gobierno británico pidió a sus socios, durante una cena de trabajo la víspera, un acuerdo de divorcio que pueda "defender" ante los ciudadanos de su país, que votaron a favor del Brexit en junio de 2016.
La intervención de May, unida a su discurso en Florencia en septiembre, fue saludada por sus pares, especialmente por la influyente mandataria alemana, Angela Merkel, que expresó su confianza en lograr un acuerdo finalmente.
"Al contrario de lo que a veces escribe la prensa británica, el proceso avanza paso a paso", comentó la alemana, estimando que no había "ninguna indicación" de un futuro fracaso en las negociaciones como algunos temen.
Como señaló Tusk, progresos insuficientes "no quiere decir que no haya progresos" sobre las prioridades de divorcio. Sin embargo, las diferencias entre ambas partes se cristalizaron desde los primeros compases de la negociación.
El Tribunal de Justicia de la UE representa el escollo en la cuestión sobre los derechos de los ciudadanos, ante la voluntad de los 27 de encomendarle la resolución de los diferendos sobre sus nacionales en suelo británico tras el Brexit, algo que rechaza Londres
La principal fuente de discordia, no obstante, es el monto que debe pagar Londres por los compromisos financieros adquiridos como miembro de la UE y que fuentes europeas estiman entre los 60.000 y 100.000 millones de euros.
Los europeos exigen avanzar en el cálculo de la factura antes de negociar la futura relación, pero May dejó claro que solo aceptaría un acuerdo financiero una vez que se acuerden los detalles de su relación futura con la UE.
Para el presidente francés, Emmanuel Macron, Reino Unido está todavía "lejos de la cuenta" final sobre sus compromisos financieros, apuntando que el esfuerzo a realizar en este punto debe ser "consecuente". /