La Comisión Europea (CE) revelará mañana su plan para rescatar a los bancos, uno de los pilares hacia la unión bancaria de la zona euro, que evite que los Estados y contribuyentes vuelvan a pagar las facturas de una futura crisis, como ocurrió en Grecia, Portugal o España.
La idea es armonizar entre los países "los instrumentos para prevenir y diagnosticar riesgos en los bancos transnacionales, intervenir y resolver", antes de llegar a una situación crítica, señaló una fuente europea, al explicar la propuesta que presentará el comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier.
Pero por sobre todas las cosas, el objetivo es evitar que las futuras crisis se resuelvan con rescates públicos, que desde el inicio de la crisis, han costado a los contribuyentes europeos miles de millones de euros. Por el contrario será la propia banca la que quedará a cargo de resolver, en caso de ser necesario, su rescate.
En estas semanas, todas las alarmas sobre los defectos de la integración fiscal europea se han disparado: los bancos europeos ya no se prestan dinero entre ellos, lo que provoca falta de liquidez y frena la libre circulación de capitales, uno de los principios de la unión monetaria.
Y las asimetrías del sector financiero europeo se agudizan, en momentos en que los bancos españoles centran cada vez más las preocupaciones, ante los temores de una salida de Grecia de la unión monetaria, lo que podría desatar el pánico y una huida de depósitos de los bancos.
En otra muestra más de esta desconfianza mutua, una fuente europea señaló que hay bancos europeos que quieren que la Unión Europea acuda al rescate de la banca española, para así asegurarse la devolución de sus créditos.
En ese contexto, los analistas y dirigentes europeos coinciden en que necesitan más integración, supervisión y coordinación bancaria.
La propuesta de la CE "es la última pieza del rompecabezas", dijo la fuente, hacia una unión bancaria.
El plan fue varias veces postergado ante el miedo de que los inversores rechazaran colocar capital en los bancos de un continente, asumiendo los riesgos de las turbulencias financieras. Pero la medida no sería retroactiva.
Bruselas quiere establecer criterios comunes en el diseño del saneamiento bancario, con las mismas medidas preventivas y de emergencia, como la identificación y aislamiento de los activos de mala calidad (tóxicos).
Para ello la Comisión quiere avanzar hacia una unión bancaria que garantice una regulación y supervisión centralizada, con un sistema de seguridad compartido y un fondo común de garantía de depósitos.
Un blindaje financiero que evite repetir crisis bancarias como la de Grecia, Portugal o Irlanda, los tres economías de la zona euro ya rescatadas. Pero también la de España, que hace todo lo posible para evitar convertirse en la cuarta economía de la zona euro en ser intervenida.
Tras el rescate histórico de 23.500 millones de euros solicitado en mayo por Bankia, tercer banco del país en cuanto a activos, los inversores temen que España no pueda hacer frente por sí sola a sus obligaciones financieras.
Pero España, cuarta economía de la unión monetaria, es demasiado grande para ser rescatada. "No es rescatable, en el sentido técnico del término", dijo el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro.
El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, exhortó este martes a acelerar una unión bancaria en Europa.
"Una unión bancaria con eurobonos, con un supervisor bancario y un fondo de garantía de depósitos europeo", propuso.