El servicio de transporte Uber que irrumpió en el mercado de taxis del sudeste asiático agrada a los usuarios, pero choca con la resistencia de las autoridades de algunos países opuestos a esta competencia que consideran ilegal, como pasa en Europa y Estados Unidos.
Esta start-up californiana, instalada en más de 40 países, opera actualmente en Indonesia, Malasia, Tailandia, Filipinas y Vietnam, después de haber comenzado en esta región del sudeste asiático hace un año en Singapur.
Esta empresa, creada en 2009, pone en contacto mediante una aplicación de smartphone (teléfono inteligente) a sus clientes con vehículos, taxis, limusinas o automóviles particulares y les permite seguir el trayecto en su pantalla.
Cinco capitales de la región --Yakarta (Indonesia), Kuala Lumpur (Malasia), Manila (Filipinas), Phnom Penh (Vietnam) y Bangkok (Tailandia)-- figuran entre las diez peores ciudades del mundo para encontrar un taxi, según una clasificación establecida en marzo por el sitio tourism-review.com.
"Lo que molesta de Uber es que hay intereses particulares que tratan de proteger a monopolios e impedir la llegada de nuevos participantes y nuevos competidores", declaró a la AFP el director general de Uber para el sudeste asiático, Michael Brown.
- Movilización contra nuevo competidor -
"Uber insiste en que actúa como un corredor en línea que pone en contacto a conductores con clientes, en lugar de actuar como una empresa de alquiler de automóviles", declaró a la AFP un representante de las autoridades en Seúl.
Pero "nosotros no estamos de acuerdo con su definición de su actividad", agregó.
Durante los últimos meses, los taxis se movilizaron en Francia, así como en varias ciudades de Europa y Estados Unidos, para protestar contra la creciente competencia, considerada desleal, de los VTC (vehículos de turismo con chofer), en particular Uber, entre cuyos accionistas se encuentra Google.
La start-up norteamericana también chocó con la oposición de las autoridades de Seúl, según las cuales esta nueva empresa debería someterse a la ley surcoreana que rige el funcionamiento de los taxis o de las empresas de alquiler de vehículos.
Las autoridades de Yakarta y Kuala Lumpur consideran también que Uber no respeta la estricta reglamentación que rige la actividad de los taxis tradicionales. Uber lo ha desmentido.
Esta start-up no posee una flota de vehículos o de taxis. Su servicio permite que los usuarios tengan acceso a vehículos de una flota que en general está en manos privadas.
"Nosotros consideramos que ese servicio de taxi es ilegal", declaró a la AFP Muhamad Akbar, director del departamento de transportes de Yakarta.
En Malasia, desde el 1 de octubre, los automóviles particulares que utilizan Uber corren el peligro de pagar una multa de hasta 10.000 ringgit (2.400 euros), según las autoridades.
En cambio, los usuarios y los expertos consideran que Uber y otras aplicaciones de servicios de transporte tienen el potencial de mejorar considerablemente los desplazamientos de los habitantes de algunas ciudades como Yakarta.