Los dirigentes europeos desoyeron la presión de Polonia al reelegir, en una cumbre consagrada a la unidad tras el Brexit, a Donald Tusk como presidente del Consejo Europeo, quien ya expresó su voluntad de trabajar para "mejorar la Unión Europea".
"Agradecido por la confianza y la evaluación positiva del Consejo Europeo. Daré lo mejor de mí para mejorar la UE", tuiteó Tusk, quien deberá encargarse de mantener la unidad de los 27 durante las negociaciones de divorcio con Reino Unido.
Pese a la presión de la primera ministra polaca, Beata Szydlo, quien había instado en una carta a sus socios europeos a no renovar a Tusk al acusarlo de "violar brutalmente" la neutralidad del cargo, su reelección contó con 27 votos a favor frente a uno en contra, según una fuente diplomática.
Un miembro de su gobierno dio a entender que "la cumbre se vería amenazada" si se insistía en la votación y la reunión ya comenzó con el intento en vano de Szydlo de bloquear el orden del día, cuyo primer punto era la elección, precisó la fuente diplomática.
- 'Guerra de Tronos' -
Varios dirigentes europeos, entre ellos la alemana Angela Merkel y el español Mariano Rajoy, habían calificado la renovación de Tusk como una señal de "estabilidad", en un momento en que la UE hace frente al Brexit, al auge de la ultraderecha europeísta, y a una amenazante Rusia.
Para la jefa del gobierno polaco, la "desestabilización" del continente se produciría si los mandatarios desoían su opinión en la votación, un posición que para algunos mandatarios europeos obedecía, en cambio, a una "cuestión interna".
"Esto se parece más a una guerra de Tronos", dijo la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite, en referencia a la popular serie de ficción estadounidense.
Desde su vuelta al poder en octubre de 2015, el partido conservador polaco Derecho y Justicia (PiS) recrudeció sus críticas contra Tusk, a quien su líder Jaroslaw Kaczynski lo considera incluso el responsable "moral" de la muerte de su hermano gemelo y entonces presidente Lech Kaczynski en un accidente aéreo en 2010.
- 'Nuevas crisis' -
Este viernes puede representar otro momento de desencuentros, cuando los dirigentes europeos, reunidos sin su homóloga británica Theresa May, aborden de nuevo su futuro a 27, que deberían plasmar en una cumbre en Roma a finales de mes con motivo del 60º aniversario del proyecto europeo.
La decisión de los británicos de abandonar la UE supuso un duro golpe a un bloque debilitado por la crisis migratoria y los atentados yihadistas de los últimos años, cuando empezaba a recuperarse de la crisis financiera mundial de 2008.
Para preparar el nuevo impulso a 27, los mandatarios iniciaron una reflexión en septiembre en Bratislava que continuará el viernes y cuyos resultados deberán plasmar el 25 de marzo en Roma en una declaración para conmemorar sus 60 años de vida en común.
Las cuatro principales economías de la zona euro -Alemania, Francia, Italia y España- ya mostraron su apuesta en Versalles por un bloque con diferentes grados de integración entre países. "Europa es una historia de éxito", reiteró este jueves Mariano Rajoy.
Sin embargo, esta "Europa a varias velocidades" choca con algunos países de la ex órbita soviética, como los de Visegrado (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia), preocupados por el riesgo de convertirse en miembros de segunda.
Para el canciller polaco, Witold Waszczykowski, "es una solución que puede conducir a nuevas crisis, a la profundización de las diferencias en Europa".