“Tumbó” a la Fiscal General y hoy teme por su vida | El Nuevo Siglo
Jueves, 8 de Marzo de 2012

Por: Mábel Kremer

Ferleyn Espinosa, el estudiante que logró anular la elección de la fiscal Vivian Morales, es de esos hombres que sostiene la mirada cuando habla.

Al mejor estilo de Einstein, que con su tesis de grado ganó el Nobel de física, Ferleyn logró con la suya, lo que otros abogados renombrados no pudieron: tumbar a la Fiscal General de la Nación.

“El doctor Jaime Ossa Arbeláez ya había demandado esa elección y no pasó nada. Yo realmente pensé que la mía no iba a prosperar. Mi objetivo era demostrar lo que muchos pensamos en este país: que aquí se viola la Constitución y no pasa nada”.

Pero esta vez sí paso y su demanda dio pie para que el Consejo de Estado anulara la elección de la primera Fiscal mujer del país y por ende ella renunciara irrevocablemente a su cargo.

No nació en cuna de oro. Su madre siempre trabajó incansablemente para darle el estudio que, por falta de recursos, tuvo que suspender en grado noveno a los 19 años.

“En ese momento no teníamos dinero y me tocó parar el colegio y ponerme a trabajar. Empecé parqueando carros en un parqueadero en pleno centro de Bogotá. Después fui mensajero, soldador de domingo a domingo y estuve a punto de manejar un carro de basura, pero por no ser bachiller no me dieron el trabajo”; trabajo en el que se iba a ganar un millón doscientos mil pesos, que era platica hace 9 años, y que lo llevó a decidir terminar el bachillerato para poder llegar más lejos algún día.

“Mi esposa me matriculó en el colegio distrital de Venecia y me gradué a los 28 años de bachiller”; como quien dice que mientras su primer hijo, de los tres que tiene, iba al jardín en el día, él pasaba por las aulas en la noche.

De bachiller… a abogado

Jamás se le pasó por la cabeza que sería abogado ni mucho menos el protagonista de la demanda que, una vez más, deja en la interinidad a uno de los cargos más importantes del país: El Fiscal General de la Nación.

“Yo soy una persona que le huye a los conflictos y el Derecho se alimenta de ellos. Por eso nunca imaginé elegir esa carrera. Quería estudiar metalmecánica. Pero mi tío, que también es abogado, cuando se enteró que saque el mejor Icfes del colegio, me ofreció patrocinarme los estudios y trabajar con él y terminé estudiando Derecho en la Universidad Republicana”, una institución pequeña, ubicada en el centro de Bogotá, y donde el semestre vale 1.300.000 pesos.

Y así como el buen puntaje del Icfes lo llevó a estudiar Derecho en las noches, la decisión del Consejo de Estado con respecto a su demanda contra la elección de la Fiscal le cambió el rumbo una vez más.

“Yo soñaba con ser abogado laboral y tener una oficina para ayudar a personas despedidas injustamente. Pero a raíz de esto, la Universidad me ofreció una beca en Derecho Administrativo y quiero aprovechar  la oportunidad”, asegura.

Por el momento, continúa en su cargo de dependiente en la oficina de abogados de su tío. “Yo estoy pendiente de revisar los procesos y a veces hasta sirvo tintos y manejo los carros”. Cargo que en esa misma oficina ocupó hace muchos años el asesinado periodista Jaime Garzón y a quien recuerda haber visto desde muy pequeño cuando su madre lo llevaba de visita a dicho despacho.

La Fiscal y yo

Aunque algunas puertas se empiezan abrir para Ferleyn, la felicidad no es completa.

“Uno a veces termina hiriendo a los demás sin querer y a mí la decisión del Consejo de Estado me genera sentimientos encontrados. Me alegra haber podido demostrar una falla constitucional, pero sé que la ida de la Fiscal afecta al país”, asegura el estudiante, quien además insiste en que su pelea no era directamente con la doctora Vivian Morales, porque su investigación se inició desde la primera terna, en la que ella no estaba, y que lo que más le gustaría como colombiano es que la doctora Morales aceptara integrar de nuevo la terna para, ojalá, ser elegida nuevamente, pero sin vicios en el proceso.

Asegura que nunca la ha visto, más que por televisión, y que si se la encontrara de frente no sabría que decirle. “Ella en el fondo sabe que no es nada personal, porque la Fiscal es constitucionalista y una de las personas que más sabe de Derecho Administrativo en el país. Obviamente, entiende todo este tema mucho más que yo”, afirma.

Seguramente muchos, especialmente los uribistas, deben estar felices con la renuncia de la Fiscal y otros cuantos, tal vez no tanto. “Aunque mis jefes, profesores y compañeros están felices por mí, mucha gente me ha enviado mensajes ofensivos por internet. Uno inclusive me dijo que si me llega a ver en la calle me pega”, cuenta con algo de tristeza en su rostro; aunque dice creer que la renuncia de la Fiscal fue por dignidad porque “más allá de mi demanda, había muchas otras cosas que ya la molestaban”.

Teme por su vida

Aunque no ha recibido amenazas, las múltiples versiones sobre quién estaría detrás de esta demanda lo hacen temer por su integridad, la de su esposa y sus tres pequeños de 13, 9 y 5 años.

“La gente dice que estoy trabajando para José Obdulio, para los Nule, para el paramilitarismo, para el expresidente Uribe. Y la verdad es que no trabajo para nadie, pero esas acusaciones podrían poner en peligro a mi familia y traer consecuencias”.

Asegura que su demanda fue redactada completamente por él, que surgió de muchos recortes de prensa y comentarios de clase en la universidad, que fue revisada en muchas ocasiones por su jefe directo, el abogado y profesor Miguel Antonio Cuestas; que su tío Hernando Benavidez, quien en algún momento represento al exparamilitar extraditado Mancuso dentro del proceso de Justicia y Paz, también le hecho una que otra revisada; que puede jurar ante Dios que su tesis no fue gestada al servicio de nadie más que de la Constitución y que afortunadamente, a pesar del remesón que ha desatado en el país, “cada proceso tienen vida propia y no tiene porqué afectarse independientemente de quien sea el Fiscal General de la Nación”.