El presidente estadounidense, Donald Trump, pidió el martes al Congreso un acuerdo para regularizar a miles de inmigrantes indocumentados llegados al país cuando eran niños, pero siguió inflexible sobre el escollo con la oposición: la construcción de un muro fronterizo con México.
"Esa debería ser una ley del amor", dijo Trump en una reunión en la Casa Blanca con legisladores oficialistas y opositores a la que, raramente, periodistas pudieron asistir por casi una hora.
"Creo que se puede hacer muy rápidamente", dijo, lamentando el grado de "animosidad y odio" entre demócratas y republicanos que contaminó la vida política estadounidense durante muchos años.
Trump derogó en septiembre el decreto de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, del inglés), creado en 2012 por su antecesor Barack Obama y que otorga estatuto legal temporal a unos 690.000 jóvenes indocumentados, la mayoría latinoamericanos.
El Congreso ahora tiene hasta marzo para encontrar una solución definitiva para esta población.
El mandatario reclamó "una solución permanente" para los llamados "dreamers" (soñadores), y destacó que la "seguridad fronteriza" es uno de los componentes esenciales de cualquier legislación sobre el tema.
Trump ha pedido durante mucho tiempo al Congreso fondos para levantar el muro en el sur del país, una promesa emblemática de su campaña.
"Necesitamos un muro", dijo, durante el largo intercambio con los legisladores. Aunque aclaró que no es necesario que se extienda por toda la frontera porque ya existen obstáculos naturales (ríos, montañas), no dio ninguna estimación sobre la longitud que estaba considerando.
Trump volvió a exigir el fin de lo que llama "inmigración en cadena" (reunificación familiar) y la abolición de la lotería anual de la 'green card' o permiso de trabajo.
"Me gustaría agregar la palabra 'mérito' a cualquier ley que se presente. Puedo decir que eso es lo que quieren los estadounidenses", dijo.
En un animado debate, Trump sugirió un acuerdo de dos pasos: primero, una ley que contemple a los jóvenes del DACA y la seguridad fronteriza, y luego, una reforma más amplia del sistema de inmigración en su conjunto.