Trump, el candidato | El Nuevo Siglo
Martes, 3 de Mayo de 2016
Más que otra victoria en línea, lo que anoche logró el polémico multimillonario Donald Trump fue materializar su vaticinio de que llegará a la convención republicana con la candidatura debajo del brazo, porque además de restar a solo 178 delegados de alcanzar la cifra mágica de 1.237 que se requieren para ser proclamado, ya no tiene rival ante el retiro de Ted Cruz.
 
 
La nueva parada de la carrera electoral por la investidura partidaria ocurrió ayer en Indiana, donde estaban 57 delegados en juego y que pese a ser una cifra menor comparada a las de otras primarias, era clave la supervivencia de la precandidatura de Cruz, quien apenas hace tres semanas había hecho una alianza con el tercero en contienda, John Kasich para intentar frenar  a Trump.
 
 
Cruz le apostó a una ecuación matemática muy difícil de cumplir porque se basaba en lograr dos triunfos en línea: anoche en Indiana y en un mes en California, donde estarán  en juego más de 400, para forzar una difícil negociación en la Convención que tendrá lugar en julio en Cleveland. 
 
Pero el plan no pudo despegar y, por el contrario, se tornó en un búmeran para este senador de Texas, quien hace 13 meses tuvo el sueño de buscar la candidatura de su partido, el republicano, y apelando a sus raíces cubanas (su padre es oriundo de la isla) intentó cautivar el voto de éstos, de los latinos y del “establecimiento”.
 
Cambió de estrategia varias veces, intensificó sus giras, se acercó como nunca a los electores y “dejó todo” como él mismo lo admitió anoche en Indiana en su vano intento por frenar al fenómeno político que nació en junio del año pasado, el de Donald Trump, el desde anoche candidato natural del partido Republicano. 
 
La jornada en Indiana fue larga, tranquila, concurrida y hasta predecible. Y las firmas encuestadoras, al menos en las mediciones sobre la intención de voto conservador volvieron a acertar. Todas coincidieron en señalar que el magnate iba a ganar por más de 10 puntos porcentuales. El resultado final fue un poco mayor: Trump 53%, Cruz 36% y Kasich, 7,8%.
 
No fue así en el bando demócrata donde señalaban una nueva victoria de la exprimera dama y exsecretaria de Estado, Hillary Clinton. Sanders sorprendió y le arrebató la gran  mayoría de los delegados en disputa, manteniendo así viva, por ahora,  la ilusión de  ser el candidato, a pesar de seguir en  desventaja.
 
Un  remozado Trump, y que hizo presencia en el Estado desde hace varios días, dijo al abrirse las votaciones que “creo que tendremos muchos votantes (...) la gente está harta de lo que pasa con estos políticos y están cansados de ver que el país sea estafado".
 
A esa hora el  magnate precisaba sumar 235 delegados para garantizar la candidatura presidencial a las elecciones de noviembre y evitar una difícil e impredecible negociación en la convención Republicana. Anoche no sólo pudo adicionar a su lista de 951 delegados y superdelegados, los 57 que se disputaban en Indiana, sino que ante el  retiro de Cruz y la inviabilidad total de  Kasich, se convirtió en el candidato único del Partido, cuyo presidente, Reince Priebus lanzó un trino llamando a los electores a  cerrar filas en torno a Trump.
 
Ese llamado fue casi simultáneo con el discurso de victoria del multimillonario quien también instó a la unidad de los republicanos  porque, dijo, el país necesita cambiar y reconstruirse.
 
“Ganaremos en noviembre, y ganaremos a lo grande, y pondremos primero a Estados Unidos", dijo a electores, rodeado de su familia y decenas de seguidores que en varias ocasiones lo interrumpieron al grito de “Trump, Trump, Trump”.
 
Hace 11 meses, nadie le otorgaba el menor chance a este hombre de negocios, dueño y animador  del famoso reality show “El aprendiz”. Con declaraciones chocantes, crudas verdades, grandes polémicas y hasta en contravía de su propio partido, Trump no sólo cambió el curso de la campaña, sino que se convirtió en un impensable “animal político”. 
 
Su éxito radica en que supo capitalizar la cólera del electorado con el establecimiento. Algo que políticamente puede señalarse también ocurre con Bernie Sanders en el campo demócrata.
 
Sin experiencia política alguna, pero muy popular por un ego tan grande como su gran fortuna, la que se cimentó primero en el campo de la construcción y luego en el de la farándula, Trump en esta campaña expresó lo que sentía, pensaba y quería sin temor a una repercusión política. 
 
De allí nació la incertidumbre sobre su desempeño que rápidamente fue transformándose en votos y numerosos triunfos. Demostró que el sentimiento del votante en Estados Unidos ha cambiado y eso es lo que hoy lo tiene como el virtual candidato republicano y con gran chance para vencer al oponente demócrata, que salvo una sorpresa de última hora, será Hillary Clinton.
 
Anoche, desde uno de los pisos de su rascacielos en Nueva York, Trump reiteró su consigna “Estados Unidos primero” y vaticinó que llegará a la Casa Blanca con una victoria "a lo grande".
 
Tras asegurar que  había “sido una jornada increíble” que “no me esperaba”, manifestó que “ahora quiero traer unidad al Partido Republicano. Tenemos que hacerlo".
 
Y a renglón seguido tuvo palabras de reconocimiento para quien hasta minutos antes había sido su rival con más opción: Ted Cruz. “Comenzamos 17 candidatos y hoy no hay sino uno…A Cruz no sé si le caigo bien o no, pero tengo que reconocer que ha sido un competidor fuerte, grande y rudo. Él tiene un futuro increíble. Quiero felicitarlo y decirle que lo que ha hecho hoy es muy valiente, sé lo difícil que es”.
 
También tuvo palabras de reconocimiento para otros antiguos competidores en la contienda como Chris Christie y Ben Carson.
 
En su discurso destacó que en Indiana tuvo el voto de todos los sectores (evangélicos, mujeres, hombres, hispanos, afroamericanos)  y agradeció a todos sus electores a los que instó a seguir con fuerza en la lucha por la Casa Blanca, a la que mostró seguro de acceder alentado por una reciente encuesta que señala que en ese duelo frente a Clinton le va ganando.
 
Finalizó reiterando que su tema es muy simple: “Hacer a EU nuevamente grande”.
Así, seguro, osado, con un discurso claro y sin temor alguno a decir las cosas, hoy Trump se erige como la contundente carta del partido republicano para recuperar el Gobierno de Estados Unidos, en una elección que se vislumbra cerrada y antisistema.
 
Muchos analistas coinciden en señalar que el factor decisivo para Trump será atraer a los electores que no suelen votar. Y en eso hasta el momento ha radicado su éxito y ventaja. 
 
Del multimillonario  se ha dicho de todo, desde que es un “oportunista político", "charlatán" y "egocéntrico" hasta una “amenaza a la seguridad nacional”. Sin embargo, ahí está, ahí se queda y va con paso firme a disputar la Casa Blanca, con el beneplácito, aunque forzado, de la directiva del Partido Republicano.
 
Cruz tiró la toalla
 
El senador ultraconservador Ted Cruz sabía de antemano que la de Indiana iba a ser su última lucha. Con la esperanza de un inesperado cambio de tendencia vivió la jornada de ayer en ese estado, que al dar su mayoritario triunfo a Trump le sepultó su sueño de seguir en competencia por la nominación republicana.
 
"Hoy lo dejamos todo en Indiana. Dimos todo lo que teníamos, pero los electores escogieron otro camino y por eso, con el corazón pesado aunque con optimismo en el futuro de la nación, estamos suspendiendo nuestra campaña", dijo Cruz en un acto público.
 
Las ilusiones de Cruz y del gobernador de Ohio, John Kasich, se centraban en una primera ronda de votación sin un vencedor en la convención, para buscar la victoria en una ronda posterior, cuando los delegados están liberados para apoyar al candidato que escojan.
 
Sin embargo, en la jornada, el portavoz de la campaña de Cruz, Rick Tyler, había admitido a la red de televisión MSNBC que si Trump lograba una victoria contundente en Indiana, "podría ser el fin", como evidentemente lo fue.
 
Detestado por la dirección del Partido Republicano, Cruz había logrado convertirse en la esperanza de los electores conservadores insatisfechos con el imparable ascenso de Trump.
 
En un gesto inusual, Cruz llegó a presentar a su compañera de fórmula (la empresaria y también exaspirante a la presidencia Carly Fiorina) antes de la convención partidaria, para mostrar que estaba dispuesto a luchar hasta las últimas consecuencias.
 
Sin embargo anoche, evitando mostrarse compungido, recordó que esa promesa de seguir hasta el final, la había hecho si se vislumbraba alguna posibilidad, aunque fuera mínima.
 
Así las cosas y evocando el reality “El Aprendiz”, Trump no tuvo que decir a Cruz el famoso “estás despedido”, sino que el senador dio un paso al costado, muy consciente de que ya no había nada que hacer.
 
Sanders le ganó a Clinton
 
La otra gran sorpresa de las primarias en Indiana fue el triunfo de Bernie Sanders sobre Hillary Clinton, lo que le permite por ahora mantener vivas sus ilusiones, pese a que la exprimera dama le lleva gran ventaja en el número de delegados y superdelegados.
 
De acuerdo con las proyecciones de redes locales de TV, Sanders derrotó a Clinton por unos siete puntos porcentuales.
 
Sin embargo, como los demócratas distribuyen sus delegados de forma proporcional, el resultado no altera de forma perceptible la disputa interna en el partido.
 
Para revertir la avasalladora marcha de Clinton hacia la nominación, Sanders precisaba vencer de forma aplastante para hacer una diferencia en el número de delegados.
 
La exsecretaria de Estado necesita aproximadamente 200 delegados más en su nombre para sellar la difícil -y por momentos áspera- disputa interna contra Sanders.
 
En este cuadro, Clinton había dejado claro el lunes, durante un acto público, que ya estaba preparándose para un enfrentamiento con el millonario Donald Trump en la segunda y decisiva fase de la campaña.-
 
"No podemos dejar el legado de Obama en manos de Trump", afirmó el domingo Clinton en Detroit, en un acto de la NAACP, la histórica asociación de lucha por los derechos de los afro-estadounidenses./ ENS con AFP