El presidente estadounidense Donald Trump dio su apoyo claro este martes a la campaña diplomática y económica de Arabia Saudí y otros países de la región para aislar a Catar, acusado de "apoyar al terrorismo".
En un inesperado movimiento contra un aliado clave de Estados Unidos, Trump insinuó que Catar, donde se encuentra la mayor base estadounidense en Oriente Medio, financiaba a los extremistas, respaldando así el bloqueo diplomático contra el emirato.
"Durante mi reciente viaje a Medio Oriente afirmé que el financiamiento de la ideología radical debía cesar. Los dirigentes apuntaron a Catar - y miren!", escribió en su cuenta de Twitter, refiriéndose a su viaje a Riad el mes pasado.
"Posiblemente esto será el principio del fin del horror del terrorismo", tuiteó.
El lunes, Arabia Saudí, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Yemen y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con el gobierno de Doha acusándolo de respaldar el terrorismo.
Catar debe "cambiar de política", "cesar de dar apoyo a los grupos extremistas" y a "los medios de comunicación hostiles" y dejar de injerir en los asuntos de sus vecinos, insistió este martes desde París el canciller saudí, Adel Al Jubeir.
- Aliado militar -
Al bloqueo diplomático se sumaron medidas económicas, como el cierre de las fronteras terrestres y marítimas entre estos países y Catar, la prohibición de todos los vuelos con procedencia y destino a ese país y la orden a los ciudadanos cataríes de abandonar el territorio de los estados concernidos en un plazo de 14 días.
Además, Catar fue excluido de la coalición militar árabe, dirigida por Riad, que combate a los rebeldes proiraníes en Yemen.
En Catar se encuentra la mayor base aérea estadounidense en la región, con 10.000 hombres y sede del mando militar norteamericano en Oriente Medio.
Esta base es crucial para la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria e Irak llevada a cabo por una coalición internacional, liderada por Washington y de la que forma parte Doha.
La crisis "no ha tenido impacto en nuestras operaciones en Catar o en lo relativo a los permisos de vuelo a su alrededor", aseguró un portavoz del Pentágono.
- Vuelos anulados -
Las primeras consecuencias de la ruptura ya se han hecho patentes, con docenas de vuelos cancelados y el espacio aéreo de los países implicados vetado a los aviones cataríes, mientras que en Doha crecía el temor a una posible escasez de alimentos.
Seis compañías del Golfo y EgyptAir suspendieron "hasta nueva orden" sus vuelos desde o hacia Doha, lo que desató quejas de los viajeros.
Además, la aviación civil saudí prohibió sobrevolar su territorio a las compañías aéreas de Catar a partir del martes. Esta medida causará desvíos, retrasos y aumento en los costes de explotación.
Por su parte, Qatar Airways anunció haber suspendido sine die todos los vuelos hacia Arabia Saudí, Emiratos, Baréin y Egipto.
Ante esta situación, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) pidió que se restablezcan los enlaces, advirtiendo de graves perturbaciones para los viajeros.
"Aceptamos que los países tienen el derecho de cerrar las fronteras", pero "se necesita restablecer la conectividad con Catar lo más pronto posible", dijo su director general Alexandre de Juniac.
- Mediación -
Varios países intentan mediar en esta crisis, la más grave desde la creación en 1981 del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
Es el caso de Kuwait, que no rompió relaciones con Catar. Su emir, Sabah Al Ahmad Al Sabah, viajó este martes a Arabia Saudí para mediar en la crisis.
En la madrugada del martes, Catar dio la impresión que quería buscar una salida a la crisis, llamando a "un diálogo abierto y honesto".
En un discurso difundido por la cadena Al Jazeera, el ministro de Relaciones Exteriores, Mohamed Bin Abdul Rahman Al Thani, aseguró que no va a haber una "escalada" por parte de Doha.
El ministro emiratí de Relaciones Exteriores, Anwar Gargash, estimó por su parte que primero se tiene que "restablecer la confianza" y que es necesaria "una hoja de ruta con garantías" para poder retomar el diálogo.
En Europa, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, acusó a Trump de atizar los conflictos en Medio Oriente, en referencia a la reciente visita del presidente estadounidense a Arabia Saudí durante la cual anunció contratos de ventas de armas por un monto récord de 110.000 millones de dólares.
"Esta 'trumperización' de las relaciones en una región de por sí presa de las crisis es particularmente peligrosa", afirmó en declaraciones al diario económico Handelsblatt que debían ser publicadas el miércoles.