Los arzobispos de Villavicencio, Oscar Urbina, y de Medellín, Ricardo Tobón, así como el obispo castrense Fabio Suescún, conforman la baraja de la cual los obispos escogerán al reemplazo del cardenal Rubén Salazar en la presidencia de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC).
Esta elección se llevará a cabo en la reunión anual de los obispos católicos que se comienza el próximo lunes. En ese cónclave nacional tienen derecho a voto 83 jerarcas católicos: 1 cardenal, 12 arzobispos, 63 obispos diocesanos y 6 obispos auxiliares. Los 29 obispos eméritos pueden asistir a la plenaria, pero no votar, según estatutos de la CEC.
La asamblea también escogerá el miércoles y el jueves a los miembros de la Comisión Permanente, presidentes y miembros de todas las Comisiones Episcopales, Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos y Consejo de Economía.
Antes de comenzar las elecciones, se presentará un informe de gestión y evaluación del funcionamiento de la CEC durante el trienio que ahora termina, de 2011 a 2014.
El secretario de la CEC, José Daniel Falla, obispo auxiliar de Cali, le explicó a EL NUEVO SIGLO que “esa es una reunión que normalmente se realiza cada tres años, que tiene tres momentos distintos. Primero, una evaluación del trienio que hemos terminado. En segundo lugar, pasaremos a la elección de la nueva junta directiva de la Conferencia Episcopal: presidente, vicepresidente, las diferentes comisiones episcopales, con sus respectivos presidentes”.
Falla comentó que durante la sesión inaugural estará como invitado especial el padre Diego Jaramillo, presidente de la Organización Minuto de Dios, a quien se le entregará una condecoración por toda su labor evangelista desde esa institución.
Entre tanto, el obispo de Buenaventura, Héctor Epalza, dijo que “tendremos desde el lunes hasta el viernes evaluación de diferentes temas”.
El prelado manifestó que él trae como tema central el posconflicto, “que ojalá se llegue pronto a firmar la paz, que puede ser un paso adelante, porque realmente la Costa Pacífica ha sido marginada y excluida”.
El jerarca le hizo un llamado especial al Gobierno para que intervenga en su región porque es una zona apartada y necesita urgentemente una mano para que pueda salir de la situación de abandono.
Por su lado, el obispo de Florencia, Omar de Jesús Mejía, anotó que entre los temas a tocar está la paz, asunto para el que “haremos tres días, en el mes de agosto, una reunión extraordinaria, en la que evaluaremos cómo viene avanzando el proceso de negociación”.
El obispo Mejía reconoció que en Florencia “hay una calma, una serenidad que ojalá durara mucho tiempo”.
El obispo de Guaviare, Francisco Antonio Nieto, señaló que la agenda trazada para la otra semana es un poco evaluar el trienio y programar el siguiente.
Sobre su región, anotó que aún persiste una situación compleja con los grupos armados, porque “aunque ya son menos que hace algunos años, sin embargo aún existe la extorsión”.