El aumento considerable de la cotización del dólar que esta semana ha subido más de 130 pesos y llegó al tope de 2.133 pesos, podría hacer que la moneda cierre el año a los 2.200 pesos.
Así lo consideran algunos analistas que se mostraron satisfechos con el comportamiento de la tasa de cambio.
El presidente de Acolfa, Camilo Llinás, manifestó que esto es una extraordinaria noticia para los exportadores que pueden recuperar los mercados que habían perdido por la fuerte revaluación del peso.
No descartó la posibilidad que el dólar al cierre del presente año pueda llegar a los 2.200 pesos.
Sin embargo, Llinás manifestó que la caída en los precios del petróleo, es una mala noticia para el Gobierno nacional por la reducción en los ingresos por la venta de crudo.
Mientras tanto, los importadores están preocupados ante el incremento en el valor de las compras externas y el valor de las materias primas.
El empresario Roberto Méndez, que se dedica a la compra en el exterior de maquinaria pesada, señaló que “este es un mal momento para realizar compras en el exterior, el valor de la maquinaria se ha incrementado y eso es grave ya que debemos trasladar ese aumento a los clientes y eso encarece el desarrollo de obras”.
Las sorpresas
El gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, manifestó que lo que muestra la historia reciente, es que la transmisión de la tasa de cambio a los precios es relativamente baja.
Dijo que lo que está pasando es una respuesta de lo que sucede en el mercado y ayuda a amortiguar el hecho de que la economía mundial ha dado sorpresas negativas en el caso de Europa y la China.
Analistas del mercado consideran que esta situación se debe primordialmente a factores externos que están generando una fuerte devaluación del peso.
De acuerdo con Credicorp Capital es muy factible que esta situación se mantenga, dado el ritmo de recuperación de la economía de los Estados Unidos y la ampliación del programa de inversión en Europa.
Hacia arriba
Por otra parte, los analistas del Bancolombia señalan que “prevemos que la presión sobre el peso continúe por el resto de 2014 y se acentúe el próximo año. De hecho revisamos nuestra proyección para el cierre de 2014 de 2.025 pesos a 2.080 pesos, y para finales de 2015 de 2.150 pesos a 2.180 pesos. Con estas tasas de cambio proyectadas, la depreciación nominal del peso frente al dólar este año sería de 7,9% y el próximo de 4,8%”.
Indican los expertos que “esperamos que la depreciación real del tipo de cambio se acelere. En efecto, nuestra estimación del índice de tasa de cambio real para Colombia indica que, después de haber aumentado 2,7% en 2013, para este año su variación promedio sería 2,3% y para 2015 de 3,7%. Esta mayor depreciación frente a las monedas de los principales socios comerciales del país implicaría una mejora en la competitividad cambiaria, la cual se reflejaría principalmente en el incremento de las exportaciones de bienes no tradicionales, tal como describimos antes”.
Política monetaria
Asimismo, consideran que la depreciación del peso sería la combinación de fuerzas internacionales y locales. Dentro de las primeras la más significativa es la posibilidad de que en el segundo semestre de 2015, el FED inicie los incrementos de la tasa de política monetaria estadounidense, lo cual induciría un cambio de alcance global en la dirección de los flujos de capital que se traduciría en un dólar más fuerte.
A nivel local, el determinante más importante es la evolución esperada del déficit en cuenta corriente por efecto del deterioro en la balanza comercial. En efecto, en una economía con un régimen de tasa de cambio flexible es justamente la cotización de la moneda local uno de los instrumentos a través de los cuales se contribuye a corregir dichos desequilibrios.
Igualmente se encuentran el moderado descenso previsto en los flujos de inversión extranjera, la menor acumulación de reservas internacionales y la incertidumbre que puedan generar los temas fiscales, en particular eventuales cambios en el sistema tributario.
En los últimos meses el peso se ha debilitado frente al dólar a un mayor ritmo que el esperado. En efecto, desde septiembre el dólar ha vuelto a cotizarse por encima de 2.000 pesos, lo que implica un fuerte viraje frente al fortalecimiento que presentó el peso entre marzo y agosto.
Aun cuando se preveía que este cambio de tendencia se daría en la parte final del año, la magnitud y la velocidad a la que se han dado ha superado las estimaciones.
“En nuestro anterior informe de proyecciones considerábamos que los factores detrás del debilitamiento esperado del peso serían la continuación del proceso de normalización monetaria en EU concretado en el final del programa de compras de activos y la moderación de los flujos de inversión de portafolio una vez concluida la recomposición de los índices GBI-EM de JP Morgan”, aseguran los analistas.
Nuevos factores
Si bien estos acontecimientos han ocurrido, los movimientos del mercado cambiario han sido más pronunciados por el surgimiento de nuevos factores. Entre ellos se encuentran el fortalecimiento del dólar a nivel global en los últimos meses (ante la expectativa de que la normalización monetaria en EU contraste con políticas expansivas en el resto del mundo desarrollado), el aumento en la volatilidad de los mercados financieros y las primas de riesgo emergentes, la marcada caída en los precios del petróleo y la ampliación del déficit en cuenta corriente del país en el primer semestre de 2014.
Vale la pena resaltar, sin embargo, que persiste la incertidumbre acerca del monto y la rapidez de estos ajustes de tasas, dada la ausencia de presiones inflacionarias y las dudas sobre la continuidad de la recuperación en EU. Pero incluso en ausencia de estos movimientos hay otros factores en el ámbito internacional que son consecuentes con un peso más débil.
Mayor oferta y poca demanda desploman precios del petróleo
Los precios del petróleo cayeron a sus niveles más bajos en cuatro años ayer en Nueva York aplastados por una ola de ventas en un mercado con gran oferta de crudo y perspectivas de demanda débil.
También afectado por la fortaleza del dólar, el barril de "light sweet crude" (WTI) para entrega en diciembre bajó 2,97 dólares a 74,21 dólares, cerrando a su nivel más bajo desde setiembre de 2010 en el New York Mercantile Exchange (Nymex). El barril de petróleo Brent cayó este jueves a su precio más bajo en cuatro años, por debajo de la barrera simbólica de los 80 dólares, un descenso motivado sobre todo por la abundante oferta, a dos semanas de una reunión de la OPEP.
El precio del crudo llegó a caer hasta los 78,47 dólares el barril, su mínimo desde el 29 de septiembre de 2010.
A las 17H00 GMT, el barril de Brent del mar del Norte para entrega en diciembre valía 80,85 dólares en el mercado londinense, una pérdida de 1,49 dólares respecto al cierre del lunes.
Las pérdidas
Desde su última máxima a mediados de junio (a 115,71 dólares), la referencia europea del crudo ha perdido más del 30%, debido a una serie de factores, como la abundante oferta, la moderada demanda y la fortaleza del dólar.
Los inversores están preocupados por el nivel de la demanda energética de dos grandes consumidores de petróleo: China, donde sigue creciendo pero a un ritmo más lento, y Europa, donde se vislumbra una amenaza de estancamiento.
Pese a la caída de los precios, no parece que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) vaya a reducir la producción en su próxima reunión del 27 de noviembre en Viena.
Pero algunos países de la OPEP, como Arabia Saudita, líder del cartel, ya bajaron sus precios a los clientes.
Como destacaban los analistas de Commerzbank, los últimos comentarios el miércoles del muy buscado ministro saudita del Petróleo, Alí al Nuaími, no dieron una visión clara de su posición.
"Todo lo que dijo es que quería un mercado de petróleo estable, precios sólidos y no embarcarse en una guerra de precios. Dicho de otro modo, todo está bien a ojos de Al Nuaími si los precios se mantienen en los niveles actuales", estimaron.
Reacciones
Pero otros países, como Venezuela o Ecuador, abogan públicamente por recortar la producción para frenar una caída de los precios que es una amenaza a sus cuentas públicas.
"Hay muchos países perdedores" con estos precios. "Pensamos en Rusia y todos los miembros de la OPEP fuera de la Península arábiga, como Venezuela, Argelia y Nigeria. Estos países necesitan precios más altos, en torno a los 100 dólares el barril, para alimentar el crecimiento económico y evitar que el déficit se descontrole", explicó Christopher Dembik, economista de Saxo Banque.
Como subrayó este analista, el mercado del petróleo ha entrado "en un nuevo paradigma" desde el auge del petróleo de esquisto en Estados Unidos.
Este crudo no convencional se extrae mediante el "fracking", o fracturación hidráulica, una técnica criticada por los ecologistas que consiste en inyectar agua a alta presión para fracturar rocas ubicadas a profundidades de entre 1.500 y 2.400 metros.
Esto ha abierto la posibilidad de extraer petróleo para muchos otros países y es una amenaza a la posición de los productores tradicionales.
Gracias a él, Estados Unidos ha recuperado sus niveles de producción de los años 1970: 9,5 millones de barriles por año.
Pero aunque Estados Unidos no exporte este crudo, el aumento de su producción acaba repercutiendo en el mercado mundial, porque reduce el consumo estadounidense y obliga a sus antiguos proveedores tradicionales a buscar otros mercados.
De otro lado, las reservas de crudo en EU bajaron sorpresivamente la semana pasada, según datos publicados este jueves por el Departamento de Energía de EU (DoE).
Las reservas de crudo bajaron en 1,7 millones de barriles a 378,5 millones en la semana que terminó el 7 de noviembre.
Los analistas interrogados por la agencia Dow Jones Newswires esperaban un aumento de 300.000 barriles.