Más de 30 personas murieron este lunes en un atentado en la provincia siria de Hama, al mismo tiempo que el jefe de la Liga Árabe instaba a la ONU a proclamar un alto el fuego en Siria por estimar que la misión del mediador internacional Lajdar Brahimi no ha dado "ningún rayo de esperanza.
Más de 30 muertos, tanto civiles como milicianos favorables al gobierno, dejó la explosión de un coche bomba en la ciudad de Salmiyeh, en la central provincia de Hama, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Una alta fuente oficial confirmó a la AFP que decenas de personas murieron en el ataque, que según el OSDH tenía como objetivo un edificio utilizado por combatientes paramilitares favorables al gobierno.
Por su parte, el OSDH mencionó fuentes médicas que indicaban 30 milicianos muertos, aunque precisó que también habría civiles entre las víctimas. De esa forma, el saldo podría superar las 50 víctimas, indicó el OSDH, entidad opositora con sede en el Reino Unido.
A su vez, la agencia oficial Sana indicó que "un coche cargado con bombas estalló en el centro de Samiyeh, dejando muertos y heridos", y apenas precisó que los heridos fueron transportados a un hospital.
Poco antes, otra violenta explosión sacudió el selecto barrio de Dumar, en el noroeste de Damasco, aunque por el momento se desconocía el número de víctimas, según el OSDH.
Dumar es uno de los siete barrios más acomodados de Damasco. El corazón de la capital siria ha sido escenario de varios atentados espectaculares, no así esos barrios habitados por personas de altos ingresos, donde el Ejército Sirio Libre no tiene presencia.
Durante toda la jornada, aviones militares sirios atacaron posiciones rebeldes en la periferia de Damasco, según el OSDH, aunque en diversos barrios de la capital se recomponía lentamente el servicio de electricidad, que estuvo inactivo durante casi 12 horas.
El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, formuló un llamado este lunes al "Consejo de Seguridad de la ONU para que se reúna de inmediato y adopte una resolución vinculante sobre un cese del fuego, y así detener el baño de sangre".
"Todos los contactos realizados por el enviado especial (de la ONU y la Liga Árabe) Lajdar Brahimi no han dado hasta ahora ningún rayo de esperanza para conducir la crisis por la vía de una solución", declaró Arabi en Riad.
El secretario general de la organización panárabe reclamó asimismo "el despliegue de una fuerza de observadores internacionales" en Siria, donde según la ONU, el número de muertos desde el inicio, a mediados de marzo de 2011, del alzamiento contra el régimen del presidente Bashar Al Asad es de 60.000.
Altos dirigentes de la ONU, que en medio de los combates visitaron varias ciudades sirias, prometieron una operación humanitaria de gran envergadura en Siria, un país roto tras dos años de conflicto sangriento y destructivo.
"En Siria, tiene que ser una gran operación humanitaria, es lo que la población espera de nuestra misión", afirmó a la AFP John Ging, el director de operaciones de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH), antes de ser recibido por un responsable local del régimen en Homs, en un despacho sacudido por el ruido de los bombardeos contra posiciones rebeldes.
El régimen de Asad decidió crear una fuerza paramilitar para ayudar al ejército, según el OSDH y militantes. Llamado Ejército de Defensa Nacional, reagrupa a los Comités populares, a civiles favorables al régimen que han tomado las armas en sus barrios para impedir la entrada de los rebeldes del Ejército Sirio Libre (ASL).
Ante eventuales ataques sirios, cuatro baterías de misiles tierra-aire Patriot alemanes y holandeses empezaron a ser instaladas en Turquía por cuenta de la OTAN, indicó la Alianza Atlántica.
De conformidad con una decisión de la OTAN, Alemania, Holanda y Estados Unidos tienen previsto instalar cada uno dos unidades de Patriot y hasta 350 soldados.
Dichas armas llegaron el lunes en barco a Turquí, indicó la OTAN, para una misión que tiene programado un año de duración.