Tregua legislativa. Todavía están por conocerse las repercusiones de lo que significa la muerte del presidente bolivariano Hugo Chávez Frías en el proceso de negociaciones de La Habana entre el Gobierno colombiano y las Farc, dada su condición de jefe y anfitrión de esa organización narcoterrorista, como lo denunció ante el mundo el ex embajador en la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Alfonso Hoyos Aristizábal.
La paz electoral. Los viajeros de ocasión a Cuba, presididos por Roy Barreras e Iván Cepeda, llegaron a la isla de los hermanos Fidel y Raúl Castro, en compañía de Juan Mario Laserna, Gloria Inés Ramírez, Guillermo Rivera y Alfonso Prada.
Barreras y Cepeda, jefes de la delegación que fue autorizada por el presidente Santos, apoyan su misión en tres aspectos básicos:
1). Que el proceso de paz debe ir de la mano de la realidad electorera; por eso piden celeridad en la mesa para alcanzar a tramitar las leyes de garantías políticas. Es menester tener en cuenta que está de por medio la reelección presidencial, haciéndole juego a la postulación que en ‘Oso’ (Oslo) se hizo de la candidatura para el Nobel de Paz en cabeza de Santos.
2).Qué el Congreso no legislará sino en los temas propuestos por la mesa que preside Iván Márquez.
3).Que ese grupo calificado narcoterrorista por la Comunidad Europea, Estados Unidos y 33 países más, le apuesta desde ya a formar parte del Legislativo. Como quien dice "cotudos y con paperas": legislan desde Cuba para ellos mismos y, como lo dice el congresista comunista Iván Cepeda, en El Espectador, el miércoles 6 de marzo, en su página política: "son los miembros de la mesa de negociación quienes tienen la última palabra".
Las otras opiniones. El senador barranquillero Armando Benedetti fue el primero en poner el grito en el cielo en protesta por la visita de los congresistas colombianos a Cuba. Los insultó como lo había hecho antes con los actores ganadores de los premios Oscar a los que calificó de “tontos de pacotilla”.
El ex presidente del Congreso fue más crudo con los legisladores de su país, diciéndoles que no fueran “sapos”. Hizo extensivo el duro mensaje a los directores de los gremios.
La Cámara también. Otro dirigente del sector parlamentario que mostró su contrariedad con la inconsulta excursión a La Habana fue el pereirano Augusto Posada, presidente de la Cámara de Representantes, quien dijo que "el Congreso nada tiene que hacer en las mesas de diálogo, en Cuba”.
Los acuerdos secretos. El presidente Santos no se quedó atrás cuando dijo: "Tengo acuerdos con las Farc". Y como si estuviera jugando póker, se las arregló para no permitir que los demás le vieran o le adivinaran el juego.