El clima de violencia en el fútbol argentino recrudeció en los últimos días con la irrupción de varios ataques de 'barrabravas' (hinchas violentos) en distintos clubes, incluida la amenaza de la que fue víctima el colombiano Giovanni Moreno la tarde del martes.
El habilidoso volante de Racing Club fue amenazado con un arma de fuego por un 'barrabrava' que interceptó el automóvil en el que viajaba acompañado por el delantero paraguayo Federico Santander, que detalló que "le dijeron que le iban a pegar un tiro en las piernas y que le iban a arruinar la carrera".
Tras ello, al deportista colombiano le fue reforzada la seguridad y es inminente que deje no sólo el club sino el país
El incidente ocurre en medio de una campaña irregular de Racing en el torneo Clausura-2012, que viene de perder 2-0 el clásico del domingo pasado con Boca Juniors, con una discreta participación de Moreno, cuyo rendimiento ha bajado sensiblemente en esta temporada.
La prensa local también informó sobre amenazas a dirigentes de River Plate, uno de los clubes más populares, que actualmente milita en segunda división, pero el presidente de esa entidad, Daniel Passarella, desmintió haber sido intimidado.
La semana pasada, un grupo de 53 hinchas de Instituto de Córdoba, también de la segunda división, fue detenido luego de que detuviera el ómnibus en el que viajaba el plantel y de amenazar con armas a los jugadores de esa entidad.
La escalada de violencia se produce cuando Javier Cantero, el presidente de Independiente, emprende una cruzada solitaria contra los 'barrabravas' en su propia entidad, a pesar de las numerosas intimidaciones recibidas.
Cantero se mostró decidido a expulsar a los violentos de su club, lo que le generó un fuerte apoyo de los socios de la entidad y de la opinión pública en general, pero no contó con el beneplácito de dirigentes de otros clubes, y tampoco logró apoyo político o de las fuerzas de seguridad para combatir a los 'barrabravas'.
En ese sentido, Cantero expresó a radio La Red que "cada club es un mundo distinto. Si bien me pareció una buena señal cuando el presidente de Boca (Daniel Angelici) se solidarizó con nosotros, ahí la barra tiene una consideración distinta a la nuestra. Mientras nosotros los repudiamos, en Boca se sacan fotos con los barras".
Cantero se resistió a una intimidación de los violentos en su propio despacho, pero el vicepresidente de Independiente, Claudio Keblaitis, pidió licencia luego de haber recibido amenazas de muerte contra él y su familia.
"Pasé unos días espantosos que no se los deseo a nadie. Pensé de todo, incluso en dar un paso al costado. Pero claudicar ante estos malandras (malvivientes) sería avalarlos. Cambiamos nuestro ritmo de vida por culpa de estos personajes que se mueven con total impunidad. Y esperábamos un apoyo más concreto de la dirigencia del fútbol argentino", dijo Keblaitis al diario Olé.
En otros episodios recientes, la policía se incautó el domingo de tres armas de fuego, 250 balas y armas blancas a barrabravas (hinchas violentos) del club de segunda división Almirante Brown, antes del partido con Instituto en Córdoba (centro).
Estos grupos se han convertido en fuerzas de choque para defender los elevados recursos económicos que obtienen con la venta de entradas y el cobro por estacionamiento de autos en los accesos a los estadios, mientras también se sospecha que tienen lazos con la venta de drogas, según diversas denuncias.